12 junio, 2024
El empresario español Antonio Catalán, presidente de ACHM Hotels by Marriot, asegura que España «no se puede permitir» meter a otros 15 millones de turistas más este año, ya que en el sector hotelero «sobran clientes y falta precio».
Así lo ha asegurado este martes al llegar a la plaza del Obradoiro en la capital gallega tras varios días realizando el Camino de Santiago en bicicleta, una tradición que lleva a cabo cada año con familiares, amigos y miembros del equipo de la compañía que preside.
ACHM -en la que Antonio Catalán controla el 80 % del accionariado y Marriott el 20 % restante- gestiona más de 30 marcas del grupo Marriott International, y es socio «exclusivo» en el mercado europeo.
Según ha expresado, a ACHM este año «le va muy bien» y espera doblar el resultado del año pasado.
Ante los medios, el empresario ha señalado que hay algunos problemas en el sector, entre ellos la necesidad de acabar con el turismo de baja calidad o el turismo «de borrachera».
También ha cargado contra las viviendas de uso turístico (VUT), debido a que «no aportan seguridad» y además influyen negativamente en el mercado de la vivienda.
Según ha expresado, que se incendie un hotel «es prácticamente imposible», porque cuentan con detectores de humo, rociadores de incendios, puertas ignífugas o centralitas; mientras que en un piso turístico «podría pasar lo de Valencia», en referencia al que en febrero calcinó un edificio en el que murieron diez personas.
Ha afirmado que en una ciudad como Madrid hay 14.000 viviendas de uso turístico ilegales y solo 1.000 legales, pero que el problema no es que sean ilegales, sino que en la capital de España «hacen falta 200.000 pisos para la gente joven».
«Tenemos un problema de descenso de población. No sé quien va a pagar las pensiones. La gente no puede tener hijos porque no puede acceder a una vivienda. Sin piso la gente no puede tener familias», ha afirmado.
También se ha referido a la conciliación y ha presumido de su modelo de negocio, en el que se trabaja en dos turnos, de mañana y de tarde.
Por último, ha hablado de la falta de camareros, que obedece en su opinión a que los profesionales han decidido «cambiarse de oficio» ante los bajos salarios percibidos.
Con casi 76 años, esta es la trigésimo cuarta vez que Catalán emprende el Camino de Santiago desde Tudela hasta Compostela, un recorrido de 800 kilómetros aproximadamente que responde a una promesa que se hizo a sí mismo cuando una de sus hijas, con dos años, sufrió un grave atropello, por el que peligró su vida.
Si todo se resolvía bien, peregrinaría a Santiago cada año y lo sigue cumpliendo a rajatabla: «Las promesas hay que cumplirlas siempre y motivaciones tengo todos los días. El apóstol ha ayudado muchas veces, sin pedírselo», ha afirmado.
Y es que, según a relatado Catalán, el pasado 1 de enero notó un fuerte dolor en el pecho mientras iba en bicicleta, provocado por un aneurisma aórtico y le dieron incluso «la extremaunción», dijo.
Sin embargo, Catalán, al contar aquel episodio bromea y asegura que ya le advirtió al cura de que «tenía mano con el apóstol» y que se recuperaría porque debía regresar este año a Santiago.
Así lo hizo, acompañado de un total de 80 personas, entre ellas el presidente de Deutsche Bank en España, Antonio Rodríguez-Pina, todos los directores generales de la cadena hotelera de Catalán, además de su mujer y dos de sus hijos.
El empresario no pierde la ilusión y confiesa que le continúa «emocionando» ver las torres de la catedral a su llegada a Santiago de Compostela.
Ha afirmado que el próximo año espera que se sume a la ruta -ya está pensando en la siguiente- David Marriott, el nuevo presidente de Marriott International, que sustituye a su padre, Bill Marriott, que «nunca estuvo en España y quiere hacer el Camino».
Catalán cuenta que el trayecto este año fue sin mayores percances, a excepción de un encuentro con la policía, que les pidió los permisos, y alguna que otra caída.
En cuanto a la ruta, afirma que en los últimos años ha percibido que «hay mucha más gente» y que algunos tramos de carreteras están descuidados