31 marzo, 2024
Tengo la impresión, no avalada por ningún manipulable análisis estadístico, que muchos conciudadanos, después de levantarse y tomar el café que ayuda a terminar de despertar, hojea la prensa. Esta rápida inmersión en las noticias del día se suele convertir en un ejercicio de autoflagelación, tras el cual nos entra una sensación de desacougo, asco, irritabilidad y tristeza o apatía, que ya nos acompaña todo el día. La prensa que leemos muestra una especial complacencia por lo malo que le ocurre a los “demás”, por lo sucio, turbio y escabroso. La vulneración de nuestros principios de convivencia nos es restregada una y otra vez y los medios se esfuerzan en que visionemos los aspectos más ruines de aquellos que elegimos como representantes de nuestra democracia parlamentaria, que persistentemente parece enfrentarse a desafíos como la corrupción, la falta de transparencia o la debilidad de sus propias instituciones. Aquellos que elegimos como dignos representantes de nuestra pluralidad de opciones políticas y sociales, se convierten en unos personajes zafios, incultos y ordinarios, preocupados en seguir las directrices del partido, olvidándose de todos aquellos a los que representan y que les han otorgado la confianza de su voto.
Como parte de nuestro instinto de supervivencia, el cerebro está programado para prestar más atención a las amenazas y los peligros, lo que explica que la información negativa tiende a captar la atención de los lectores, ya que puede despertar emociones intensas como el miedo, la preocupación o la indignación. La moderación y el sosiego venden mucho menos que la estupidez agresiva de titulares que compiten en el nivel de provocación que consiguen (modelo común de comportamiento de nuestros partidos políticos). Es importante recordar que la información positiva puede tener un impacto poderoso en nuestro bienestar emocional y mental. En un mundo machaconamente expuesto a noticias negativas, buscar y compartir información positiva puede ser una forma de contrarrestar el efecto negativo y fomentar una mentalidad más optimista.
La ilusión es un importante motor en la vida y nos impulsa a perseguir sueños y metas; la pasión nos impulsa a dedicarnos con fervor a lo que amamos
No cabe duda de que en nuestra sociedad ciertos valores han evolucionado o cambiado, pero es importante reconocer que los valores son dinámicos y pueden adaptarse a las circunstancias cambiantes de la sociedad. Anclarse a algunos valores del pasado es una rémora para convivir en armonía con el presente. Sin embargo, valores como la honestidad, la empatía, la solidaridad y el respeto siguen siendo la clave de un futuro mejor. Además, la diversidad de opiniones y perspectivas puede enriquecer el diálogo y fomentar la reflexión sobre qué valores son realmente importantes para nosotros, como individuos y como sociedad en su conjunto.
Las democracias, al permitir la libertad de expresión y la diversidad de opiniones, también pueden dar cabida a grupos extremistas que buscan imponer sus creencias y valores de manera autoritaria. Estos grupos pueden sentirse amenazados por los cambios sociales, culturales o políticos que se producen en una sociedad democrática y recurrir al fundamentalismo como una forma de resistencia o protección de sus creencias tradicionales. Además, la desigualdad social, la exclusión, la falta de oportunidades y la percepción de injusticia pueden alimentar el surgimiento de movimientos fundamentalistas que buscan ofrecer respuestas simplistas a problemas complejos. Estos grupos pueden aprovecharse de la desconfianza en las instituciones democráticas o de la polarización política para ganar seguidores y promover sus agendas extremistas. La respuesta a este fenómeno social presente en todas las sociedades democráticas no debe consistir en un ataque a sus ideas, sino fortalecer las instituciones democráticas, promover el diálogo intercultural y religioso, y fomentar la educación y la tolerancia. Como siempre, lo mejor es la prevención y abordar las causas subyacentes del fundamentalismo.
La información positiva puede tener un impacto poderoso en nuestro bienestar emocional y mental
La aparición de un nuevo diario es una noticia positiva que nos produce ilusión, clave para mantener una actitud positiva y motivadora en la vida. Algo que no sea “más de lo mismo”, con una nueva óptica, con nuevas ideas y contrastes que nos permitan abordar el nuevo día con más optimismo. La ilusión es un importante motor en la vida y nos impulsa a perseguir nuestros sueños y metas. Esta nueva ilusión se debe complementar con la pasión que deben brindar la energía y el entusiasmo. Ilusión y pasión deben coexistir y complementarse, ya que la ilusión nos inspira a buscar nuevas experiencias y la pasión nos impulsa a dedicarnos con fervor a lo que amamos. ¡Ojalá el Diario de Santiago no nos defraude!