¿Cómo se vive en Argentina la polémica entre Sánchez y Milei?

El conflicto diplomático generado por el presidente argentino Javier Milei al criticar duramente a su par español Pedro Sánchez el pasado fin de semana en Madrid ha sido portada de los principales periódicos escritos y medios digitales de Argentina, así como también llenado largas horas de programación televisiva en horarios centrales. Vale recordar que el domingo, el presidente argentino habló en el evento Viva 24, organizado por Santiago Abascal, líder de VOX y declaró que “los malditos partidos socialistas asesinaron a 150 millones de seres humanos” para luego apuntar directamente contra el presidente de Gobierno Español, tildando de corrupta a su mujer Begoña Gómez. “No saben qué tipo de sociedad y país pueden producir y qué calaña de gente atornillada al poder y qué niveles de abuso puede llegar a generar, aún cuando tenga la mujer corrupta, se ensucia y se tome cinco días para pensarlo” expresó el mandatario argentino en referencia a los presuntos casos de corrupción y tráfico de influencias que se le investigan a la primera dama.

Con titulares como “Crisis total”, “Sin precedentes” y “A contramano de la historia”, el fuerte impacto de las declaraciones de Milei y las respuestas de Sánchez ha sido calificadas unánimemente como la mayor probemática entre las relaciones con España en los últimos 50 años. Pero esta tensión internacional, en un país profundamente marcado por la grieta ideológica, no hizo más que acrecentar el odio político, como si fuera obligatorio estar a favor o en contra de cada protagonista. Como si fomentar acuerdos sea sinónimo de una tibieza repudiable o buscar puntos en común entre dos países con 500 años de historia conjunta de repente sonara imposible. Y así como Argentina amanecía con las portadas de los principales diarios titulando con letras de molde el conflicto con España, los medios televisivos fueron inundados por partidarios enceguecidos y periodistas alineados de uno u otro lado de la grieta, que además de llenar horas de pantalla caliente, aprovecharon para sumar seguidores insultando a aquellos compatriotas que pensaban distinto, en vivo, en directo y en horario central.

De repente todos eran expertos en política exterior, pero irónicamente nadie se destacó en diplomacia: como si fuera un juego de niños, Manuel Adorni, vocero de la Presidencia de la Nación Argentina justificó los ataques de Milei porque “la pelea la habían comenzado ellos” en referencia al día 3 de mayo, cuando un ministro del gobierno español acusó al presidente argentino de ingerir sustancias. “Algunos reclaman disculpas. No va a haber, no hay de qué disculparse. Es al revés, apelamos a que el gobierno de España nos pida a nosotros las disculpas correspondientes”, confirmó ante el aplauso del grupo de aduladores que lo rodeaban. Además, en el entorno de Milei toman como un acto de justicia haberle dicho a Sánchez, en su propio país, que los partidos socialistas eran asesinos. “El propio presidente español y varios de sus ministros siempre nos atacaron: lo trataron de fascista, odiador, negacionista, de mala persona.  Y además, en la elección argentina de noviembre, había instado a votar por Sergio Massa, nuestro máximo rival”, dejando en claro que los pensamientos liberales chocan hace mucho tiempo con el poder instalado del otro lado del océano.

También el bloque de la Cámara de Diputados opositor al liberal ofreció a la prensa un particular texto que decía: “En solo cinco meses el presidente Milei ha generado constantes crisis diplomáticas por su sesgo ideológico, por su fanatismo intolerante a unos ideales, incurriendo en repetidas descalificaciones a otros mandatarios que piensan distinto y comprometiendo así las relaciones diplomáticas, culturales y comerciales de Argentina”. En sintonía, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, llamó a consultas a la embajadora española en Argentina (María Jesús Alonso Jiménez, que ya se encuentra en Madrid) y exigió unas disculpas públicas por parte de Milei, que por lo expuesto no piensa ofrecer. Y el canciller de España recibió al embajador argentino: obviamente no hubo resultados positivos. A su vez, las grandes empresas y bancos españoles con inversiones en la Argentina también salieron en las últimas horas a manifestar su rechazo a las declaraciones del presidente Javier Milei sobre el mandatario de España, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez. Héctor Torres, representante argentino en el directorio del Fondo Monetario Internacional, dijo que España es el segundo origen de inversión extranjera directa en Argentina. Asimismo, junto a México, “maneja una de las ‘sillas’ del directorio del Fondo y no cualquier silla, sino una de las que más nos ha apoyado.”

«Fotomontaje» con ambos presidentes, Milei y Sánchez

Desde el lado del presidente argentino se refirieron a que esas ayudas de inversión española se dieron en el contexto de afinidad y colaboración política con la finalizada presidencia de Alberto Fernandez (que dejando déficit fiscal y reservas negativas incluidas acaba de pedirle a Milei que vaya al psicólogo) y lentamente comenzaron a mermar coincidiendo con el inicio de su mandato. Puntualmente sobre las relaciones económicas vale aclarar que Argentina le provee a España el 60% de las producciones de harina y aceites de soja, además del 62% de los porotos, el 82% del extracto de quebracho y el 42% del maní sin cáscara. Y el otro gran complejo exportador con inserción en el país ibérico es el pesquero, que envía fundamentalmente camarones y langostinos, destino que concentra el 20% de sus ventas al exterior. Por eso se teme que una ruptura de las relaciones afectaría en gran medida la economía Argentina, aunque Milei, supuesto economista de raza, parece obviar las posibles consecuencias.

Pero Javier Milei, electo presidente a fines del año pasado con casi el 56% de los votos y manteniendo aún fuertes apoyos a su desempeño y declaraciones, estuvo respaldado por sus seguidores que hicieron sentir con mucha potencia el intento de desacreditar la imagen de Sánchez. En varios medios televisivos, radiales y gráficos, partidarios de “La Libertad Avanza”, hicieron hincapié en que Pedro Sánchez llegó al poder sin haber ganado la elección nacional, además de pactar con “terroristas” catalanes y acusando a su esposa de corrupción, tráfico de influencias y de que se autoincrimina al defenderla sin haber sido nombrado puntualmente. “Vine a despertar leones”, escribió en Twitter el presidente argentino, tras justificar la denuncia diciendo que “lo importante es el contenido y no las formas… el resultado me avala en el modo de enfrentarlos” Mientras tanto, Javier Milei también acaba de tratar de cobarde al mandatario español, asegurando que el conflicto con España estuvo coordinado con el kirchnerismo y Sánchez analiza llevar el conflicto a la Unión Europea, aduciendo que “nosotros representamos todo lo que el odia”. Las dudas sobre cómo continuará este enfrentamiento, temiendo hasta la quita definitiva de la embajadora en Argentina y la total ruptura de relaciones diplomáticas, inquieta a los descendientes de españoles que en redes ya han demostrado su preocupación por la continuidad de la Ley de Memoria Democrática.

De esta manera se siguen repitiendo con vehemencia pesadas acusaciones para luego pedir y negar disculpas, en un lamentable conflicto que no beneficia a nadie y mucho menos a Galicia: denuncias e insultos de ambos lados y un conjunto de aplaudidores que rodeando a los líderes se ven políticamente obligados a estar de un lado u otro de la grieta. Y entre tantos opinadores de turno, no sobresale la coherencia de ninguno para aportar ideas camino a un mínimo acuerdo a corto plazo ni prudentes pedidos de tregua hacia dos gobernantes acostumbrados a la violencia verbal. Será por eso que cuando se agreden mutuamente, olvidan que es una cuestión personal y erróneamente lo hacen en nombre de todo un Estado. En definitiva, un nuevo y triste enfrentamiento entre ideologías políticas opuestas, pero en este caso con protagonistas de un perfil tan alto como su ego y una pizca de soberbia que pone en jaque la relación de dos países eternamente hermanados.