12 mayo, 2024
Un sueño hecho realidad’, así es como muchos usuarios de la red social X (antes Twitter) están definiendo a lo largo del día de hoy la magia vivida anoche en los cielos de casi toda España, cuando unas tormentas geomagnéticas severas permitieron ver auroras boreales en latitudes inusualmente bajas.
De hecho, la última vez que se produjo una tormenta geomagnética G5 «extrema», como la experimentada anoche, ocurrió hace más de 20 años, en octubre de 2003.
La aurora boreal fue visible anoche en los cielos de gran parte de España, al menos desde Andalucía a Cataluña, Aragón, Galicia y la Comunidad Valenciana.
Según la Organización Meteorológica Mundial, las auroras boreales son fenómenos luminosos que aparecen en las capas superiores de la atmósfera en forma de arcos, bandas, o cortinas.
A diferencia de los fenómenos meteorológicos habituales, las auroras se forman mucho más arriba de la troposfera, normalmente a una altitud de entre 90 y 150 kilómetros de la superficie terrestre.
Se deben a la interacción entre partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar) con los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera, y se observan principalmente en arcos próximos a los dos polos magnéticos de la Tierra (los óvalos aurorales).
Pero si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando tormentas geomagnética.
Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas, como ocurrió anoche dando lugares a espectaculares imágenes de auroras boreales en toda España, de Cataluña a Canarias, pasando por Extremadura o Andalucía que fueron captadas por los objetivos de instituciones científicas y aficionados.
AL ESTUDIO DE LAS AURORAS
El próximo lunes comienza una expedición de cuatro científicos españoles, desde el lago helado de Inari (Finlandia), con el objetivo de grabar auroras boreales desde la atmósfera, a unos 30 kilómetros de altitud y desde un globo, para desentrañar algunas de las incógnitas que todavía existen sobre estos fenómenos.
Grabar desde la atmósfera ofrece varias ventajas; la primera que se sitúa por encima de la troposfera, donde se concentran la mayoría de las nubes, por lo que se podrían obtener imágenes mucho más claras y precisas.
Además, al estar más cerca de la ionosfera (las capas de la atmósfera que están por encima de los 80 km) se podrían obtener mediciones más precisas de las partículas cargadas y de los campos eléctricos asociados con las auroras.
Este año, el Sol registra un máximo de actividad (en un ciclo que se prolonga durante 11 años) y el mes de mayo, por estar cerca del equinoccio, es el momento en el que debido a la posición del eje de giro del planeta se produce una mayor penetración de viento solar en la magnetosfera terrestre.
CURIOSIDADES Y RAREZAS INEXPLICABLES
En una noche de semejante belleza, no faltaron incluso los episodios de lo más curiosos. Es el caso de un usuario que compartió un vídeo en Youtube en el que, mientras graba el cielo de Ourense, aprecia una especia de punto negro que se desplaza fugazmente de un lado a otro de la cámara. ¿Ustedes qué opinan?