Ribeira Sacra mira con ilusión a 2026 aspirando a ser reconocida como Patrimonio Mundial en el año 2026

La Ribeira Sacra ha celebrado hoy los 900 años desde la primera mención oficial de su nombre, «Rovoyra Sacrata», con la esperanza de ser reconocida como Patrimonio Mundial de la Unesco en 2026. Este es el objetivo que se ha marcado la directora xeral de Patrimonio Cultural, María del Carmen Martínez, quien, junto al delegado territorial de la Xunta en Ourense, Manuel Pardo, expresó su confianza en que la candidatura «Paisaje del agua: Ribeira Sacra» obtenga dicho reconocimiento.

Martínez destacó el compromiso del Gobierno gallego en este «largo e ilusionante trayecto» y subrayó el esfuerzo colaborativo entre las distintas administraciones para recoger y poner en común todas las valoraciones sobre la candidatura. Resaltó el encuentro celebrado el mes pasado en A Peroxa (Ourense) con una treintena de alcaldes, donde se discutieron sugerencias e inquietudes, y anunció una última sesión de este tipo el próximo 13 de septiembre en Nogueira de Ramuín.

La directora también explicó que el equipo técnico está trabajando en colaboración con el Ministerio de Cultura para completar el expediente, asegurando el cumplimiento de las directrices operativas de la Unesco. La documentación será presentada en el Centro de Patrimonio Mundial de la Unesco en París en septiembre de este año, con una nueva entrega programada para febrero de 2025.

Martínez enfatizó que este es un paso crucial para que la documentación sea evaluada antes de su valoración en el Consello do Patrimonio Histórico. Recordó que desde 2017, cuando se lanzó la candidatura, la Xunta ha invertido cerca de ocho millones de euros en la conservación y puesta en valor de más de 40 bienes patrimoniales en las provincias de Ourense y Lugo. En total, se han llevado a cabo más de 90 actuaciones en materia arquitectónica y arqueológica en bienes como iglesias, monasterios, museos, castros y yacimientos. Entre las restauraciones más destacadas se encuentran los monasterios de Santo Estevo y Montederramo, así como la rehabilitación de la iglesia de Santa Cristina de Ribas do Sil.