9 junio, 2024
Los gallegos conocemos de sobra el rico valor del patrimonio cultural de nuestra comunidad, formado por todo tipo de elementos tanto materiales como inmateriales que conforman en gran medida la identidad de nuestro pueblo.
No somos los únicos conscientes de esto ni de la imperiosa necesidad de preservar y defender dicho patrimonio, más aún en una era como la actual, definida por la inmediatez y el consumo rápido, y un buen ejemplo es el de Rumanía, que ha acusado a la firma francesa Louis Vuitton de apropiación cultural en lo que parece un claro aviso a navegantes.
Y es que esta misma semana la polémica explotó en el país del Este cuando el colectivo La Blusa Roumaine, dedicado a la promoción de una tradicional blusa rumana bordada conocida como «ie» y que fue declarada en su momento como patrimonio cultural inmaterial de la Unesco, acusaba a la marca francesa de «violar los derechos culturales» de diversas comunidades tras la presentación de una blusa muy similar por parte de la propia LV, sin reconocer su estatus como símbolo de la cultura popular rumana.
Dear Louis Vuitton creative and marketing team,
Please give credit and respect to the communities of Transylvania, Oltenia and Muntenia in Romania who have preserved their identity and cultural heritage through the unique traditional costume, testimony of their passing through… pic.twitter.com/N6XFZBxq13
— La blouse roumaine (@blouse_roumaine) June 6, 2024
«Estimado equipo creativo y de marketing de Louis Vuitton; Por favor, den crédito y respeto a las comunidades de Transilvania, Oltenia y Muntenia en Rumania que han preservado su identidad y patrimonio cultural a través de trajes tradicionales únicos, testimonio de su paso por la historia de generación en generación. Algunas piezas de la colección “LV by the Pool” 2024 están inspiradas en la blusa rumana específica de la región de Mărginimea Sibiului, sin indicar la fuente del diseño», escribió la asociación en X, añadiendo que «al vender sus piezas de marca a precios inflados, los productos pierden su significado cultural, su autenticidad y las historias tejidas en cada hilo por las manos de hábiles artesanos rumanos», añadió la organización.
La polémica acerca de este asunto, recogida, entre otros, por el diario The Guardian, ha sido tal que incluso la ministra de Cultura de Rumanía, Raluca Turcan, se pronunció al respecto, anunciando su intención de solicitar formalmente a Louis Vuitton que reconozca las raíces rumanas de la blusa y su fuente de inspiración para la misma. En esta línea, también destacó este episodio como una oportunidad para fomentar el reconocimiento internacional del «valor inestimable» de la tradición rumana.
PATRIMONIO CULTURAL
Según destaca la propia Unesco, el arte de la blusa tradicional con bordados en los hombros (altiță) es un elemento esencial de los trajes populares que visten los hombres y las mujeres de Rumania y la República de Moldova. Este combina un corte extremadamente sencillo con adornos ricamente coloreados que se bordan con técnicas complejas. Las blusas son blancas, hechas de fibras naturales (lino, algodón, cáñamo o seda flocada), y los intrincados bordados combinan líneas horizontales, verticales y diagonales para formar un patrón y una textura específicos y de gran belleza.