7 mayo, 2024
Al recordar las palabras del querido y admirado, Salvador García Bodaño, nos encontramos frente a una verdad incuestionable que parece resonar con suma claridad en el caso del Talaso Atlántico en Oía. Veinte años han transcurrido desde que este establecimiento se erigió como un símbolo del turismo en las Rías Baixas, con su innovador centro de talasoterapia y su compromiso con la promoción de la salud y el bienestar.
Es difícil entender cómo un proyecto tan exitoso se encuentre en la situación actual de incertidumbre por un fallo administrativo ocurrido hace dos décadas
Durante todo este tiempo, Talaso Atlántico ha sido elogiado y respaldado por clientes, colegas del sector y profesionales que han reconocido su papel, su trabajo y su desempeño diario como un modelo a seguir en el turismo gallego. Los setenta profesionales que conforman el equipo del hotel son los verdaderos destinatarios de este reconocimiento. Sin embargo, y a pesar de todos estos elogios, la situación actual del establecimiento refleja un desolador desencuentro entre el sentido común y la realidad.
«Es difícil entender cómo un proyecto tan exitoso liderado por un emprendedor del sector, que arriesgó realizando una importante inversión, se encuentre en la situación actual de incertidumbre por un fallo administrativo ocurrido hace dos décadas».
Talaso Atlántico se levantó en un municipio donde ahora crecen otros proyectos, siendo uno de los pioneros en esta zona de belleza exultante. Y se integró perfectamente en un paisaje costero único, en un terreno que hace años se utilizaba de vertedero.
-Es necesario buscar una solución al problema de este proyecto ejemplar sinónimo de desarrollo turístico y bienestar de nuestra tierra- Es el momento de que las autoridades trabajen para poner fin a esta espera. Es justo que Talaso Atlántico siga siendo un referente del turismo gallego y continúe promoviendo los valores de salud, bienestar y calidad de vida que tanto nos enorgullecen.
Galicia es una tierra de oportunidades y potencialidades, pero también de responsabilidad y de compromiso. Ha llegado el momento de que «todo lo está por venir finalmente llegue» y que Galicia brille una vez más como el destino turístico ejemplar que es.