21 junio, 2024
Vamos con una nueva edición de este especial Eurocopa en el que abordamos la relación de Galicia con el viejo continente, hoy con un capítulo que estará marcado de principio a fin por la inmigración: Suíza.
El país helvético llega a la Eurocopa liderado por un Granit Xhaka que también fue capital para la histórica temporada del Bayern Leverkusen, acompañado de otras figuras como Akanji, Embolo o Kobel.
Seguro que hay un buen número de gallegos que apoyan al conjunto suizo en esta Euro, así que a esperas de ver cómo le va en el torneo, vamos con algunos lazos culturales, históricos y futbolísticos entre los dos territorios.
INMIGRACIÓN
Suiza representa uno de los mayores focos de la diáspora gallega, concretamente, el cuarto más grande de todo el mundo solo después de Argentina, Brasil y Cuba. Según los datos del padrón de residentes españoles en el extranjero, más de 40.000 gallegos residen en el país, siendo cerca de la mitad de la provincia de A Coruña y con una clara prominencia de la Costa da Morte y comarcas cercanas.
La historia de los primeros gallegos que llegaron a Suiza se remonta a 1958 y 1959, en plena reconstrucción europea tras la Segunda Guerra Mundial. Con una España bajo la dictadura de Franco y que enfrentaba una grave crisis económica, muchos se vieron obligados a buscar oportunidades en el extranjero. La firma de un acuerdo entre Suiza y España en 1961 facilitó la contratación de mano de obra y las oleadas de gallegos fueron creciendo y evolucionando.
Hasta finales de los 60, la mayoría de los emigrantes gallegos se dirigieron a la zona germana del país para trabajar en la industria suiza. Sin embargo, en los años 70 y 80, la migración creció y se diversificó y muchos comenzaron a acceder al sector turístico de la Suiza francófona, continuando la afluencia de trabajadores gallegos hasta mediados de los 80.
En definitiva, hay pocas (o ninguna) naciones en Europa con las que Galicia comparta tantos vínculos como con la helvética.
ESOS INCREÍBLES ‘SECONDOS’
Los hijos de los primeros emigrantes, conocidos como ‘secondos’, nacieron y se criaron en Suiza, integrándose completamente en la sociedad suiza y hablando las lenguas locales. Además de esto, muchos no solo fueron enraizando la cultura y legado gallego en el país, sino que también acabaron por ser figuras nacional e internacionalmente reconocidas.
Alfonso Gómez, que ostentó el cargo de alcalde de Ginebra hasta hace escasos días, es un buen ejemplo de ello. Nacido en Corme (A Coruña) en 1960, militó en el Partido Verde de Ginebra desde 1999 y fue investido en un acto simbólico donde sonó música tradicional gallega y suiza el 1 de junio del pasado 2023, cumpliendo recientemente con su mandato de un año.
Otro ejemplo quizás más curioso aún es el de Carlos Leal, hijo de padres nacidos en Viveiro y que emigraron a Suiza en los 60, al que en nuestro país se le recordará principalmente por su faceta de actor y sus papeles en Casino Royale (saga James Bond), Los abrazos rotos de Pedro Almodóvar o la serie El internado.
Su salto a Hollywood consagró aún más su fama en el ámbito interpretativo, pero Leal ya la había alcanzado en su más tierna juventud en su Suiza natal. Los helvéticos, y especialmente los amantes del género urbano, le recordarán por su grupo Sens Unik.
Allá por el 1987, y junto a Just One, Rade, Déborah, Osez y Laurent Biollay, Carlos formó en Lausana uno de los colectivos precursores del hip hop suizo. Lanzaron más de una decena de ábumes, el último de ellos en 2010, y conquistaron el disco de oro en varias ocasiones para erigirse como uno de los grupos referencia dentro de la escena del hip hop nacional.
MIRO PEREIRA Y EL BAR SUIZO
El personaje más legendario de la televisión gallega merece un apartado especial en esta lista. Miro Pereira fue de esos afortunados que pudo regresar de tierras helvéticas y prosperar en Galicia y ¿qué sería de la hostelería sin un maestro como Miro? Y es que sus cafés sin café y empanadas con cáscaras de cacahuetes ya se servían en el Bar Suizo muchos años antes del actual auge de la alta cocina.
Los guionistas pusieron de manifiesto esa profunda conexión entre Suiza y Galicia a través del propio nombre del bar y del personaje de Miro, inmigrante retornado a una pequeña localidad gallega donde se desarrolla una serie que también fue histórica para la TVG, ya que fue la primera sitcom gallega desarrollada y protagonizada en su totalidad por profesionales de nuestra comunidad. Además, esta consiguió mirar de tú a tú a otras series de mucho mayor tirón a nivel nacional, tales como Aquí no hay quien viva o Los Serrano.
Durante esta, Miro hace más de una alusión a su etapa de juventud en Suíza, aunque todas ellas resultan bastante inconexas e incluso contradictorias entre sí. A pesar de todo, el gran mérito y una de las claves del éxito de Pratos Combinados fue su capacidad para captar la esencia y la idiosincrasia de la comunidad gallega a través de personajes memorables que van mucho más allá de Miro. Su mujer Balbina Santos (Mabel Rivera), su cuñado Antón Santos (Antonio Durán ‘Morris’), Tuto (Josito Porto), ‘Paspallás’ (Sergio Pazos) o incluso una Paula Barreiro que fue interpretada por dos icónicas actrices gallegas como María Castro y Cristina Castaño, entre muchos otros, completaban un elenco lleno de talento y que nos regaló risas inagotables.
Sí, Miro era cascarrabias, no muy aseado y con menos luces aún, pero a fin de cuentas era eso lo que hacía de él un tipo tan único. Muchos nos pasamos horas frente a una pantalla solo para disfrutar de sus ocurrencias y seguro que a más de uno le hubiera gustado poder irse a tomar uno de esos cafés tan especiales en el Bar Suizo en la vida real.
Mención especial para Ernesto Chao, lógicamente muy recordado por este papel pero con toda una trayectoria de décadas en los escenarios y platós gallegos. Otra leyenda que supo dar vida mejor que nadie a un personaje que es un icono de la emigración y de la propia Galicia.
LA SELECCIÓN MÁS GALLEGA
Los lazos forjados por ambos pueblos debido a la inmigración también se han manifestado en el mundo del fútbol, y es que la selección nacional del país ha contado entre sus filas con varios futbolistas de origen gallego. Entre otros, destaca el caso de Ricardo Rodríguez. De padre gallego, de Crecente, y madre chilena, representa a uno de los históricos de la selección helvética. Ha jugado 117 partidos internacionales y subiendo, ya que disputa actualmente la Euro.
Su paso por clubes también ha sido de lo más exitoso, arrancando en el Zurich y recalando más tarde en un Wolfsburgo en el que se dio a conocer definitivamente en todo el continente. Aquellos sus mejores años en Alemania le llevaron al Milan, que pagó casi 20 kilos por él en 2017. Tras tres temporadas allí, salió cedido al PSV, mientras que en la actualidad milita en el Torino.
Idéntico caso es el de Loris Benito Souto, con un segundo apellido que ya da pistas sobre su procedencia. De padre asturiano y madre de Pastoriza, A Coruña, Benito también consiguió ser convocado con el combinado nacional. Sus experiencias fuera del fútbol suizo, militando en Benfica (2014-15) y Burdeos (2019-21), no fueron especialmente exitosas, pero sí que ha desarrollado una carrera más que prolífica en el fútbol helvético. Hoy vive una segunda etapa en el Young Boys suizo (2015-19 y regreso en 2022), donde ha conquistado varios títulos de liga.
Por otro lado, si hablamos de ADN gallego más allá de los terrenos de juego, también lo encontramos en los banquillos con otro apellido revelador: Gerardo Seoane. De padres gallegos, tuvo primero una dilatada carrera como futbolista en el país. Llegó incluso a vivir un breve paso por el Deportivo de la Coruña (1998-00) en su única experiencia fuera de Suiza.
Ya desde la banda, pasó por el Luzerna y comenzó en destacar en un Young Boys al que llevó a conquistar el título de liga. Dio el salto a Alemania de la mano de un Leverkusen del que hoy todo el mundo habla y en la actualidad dirige al Borussia Mönchengladbach.
En cuanto a clubes, poca representación helvética en el fútbol gallego. En Vigo pudieron ver un par de meses de Haris Seferović: 3 goles, permanencia por los pelos y poquito más… En su otro paso por nuestro país, en San Sebastián, pasó una noche en el calabozo por un incidente con su pareja en plena calle.
En A Coruña destaca el breve paso de Fabian Schär. El central fue de lo mejor de una negra temporada 2017-18 en la que no pudo evitar el descenso blanquiazul. De ahí se fue al Newcastle y, a pesar de los malos resultados, dejó la sensación de que ahí había defensor para rato. Y no se equivocaron.
ESPECIAL GALICIA EUROCOPA
Inglaterra – Tradición xacobea, la Dunkerque gallega, celtas, mar y mucho más
Francia – El Camino, Bretaña, María Casares y «prefiero retirarme antes que jugar en el Depor»