21 mayo, 2024
El primer tren AVE de la serie 106 de Renfe, conocido como Avril, partió puntualmente de la estación viguesa de Urzaiz a las 9:28. Sin embargo, pocos anticipaban que el viaje inaugural se complicaría antes de llegar a Ourense, donde el tren quedó detenido por falta de alimentación eléctrica, aparentemente debido a un problema en la red de electrificación, competencia del ADIF. Fuentes de ADIF verificaron que la tensión en la red era correcta, sugiriendo que la avería podría estar en el pantógrafo del Avril, el componente que conecta con la línea aérea de contacto. Finalmente, el tren llegó a Madrid a las 15:48, con un retraso significativo respecto a su hora prevista de las 13:34.
Desde una hora antes de la salida, ya había pasajeros esperando en el vestíbulo del centro Vialia. Muchos aprovecharon una oferta de 18 euros, destacando la comodidad de llegar al centro de la ciudad y evitar así los largos controles de los aeropuertos.
El AVE partió de Vigo con una alta ocupación y se llenó casi por completo tras las paradas en Pontevedra, Vilagarcía y Santiago. El olor a nuevo impregnaba todo el tren, desde la zona confort con asientos más espaciosos hasta la zona estándar, donde la mayor anchura del tren permite una disposición de dos y tres asientos por fila.
La mayoría de los pasajeros, esperaban que el viaje fuera «maravilloso», convencidos de que el AVE terminará por desplazar al avión. Sin embargo, su optimismo se vio empañado por el retraso de más de dos horas debido a la avería en el pantógrafo del AVE S-106.
Durante el trayecto, surgieron inconvenientes como enchufes que no funcionaban y problemas con la megafonía. Pero el mayor contratiempo ocurrió en Ourense, donde el tren se detuvo a las 11:09 por falta de alimentación eléctrica. Los pasajeros, especialmente aquellos con enlaces, comenzaron a impacientarse. A las 11:50, el tren aún no había reanudado la marcha, y finalmente fue remolcado a la estación de Ourense por un tren Alvia.
Las causas de la avería no estaban claras. ADIF apuntó al pantógrafo del tren, aunque un Alvia que había salido antes de A Coruña estuvo también detenido en el mismo lugar, aparentemente por un problema de señalización. Más tarde, se sugirió que el problema del Avril estaba en el pantógrafo de 3.000 voltios en un pequeño tramo a la entrada de Ourense. Los pantógrafos de 25.000 voltios funcionaban correctamente, lo que permitiría al AVE continuar su trayecto entre Taboadela y Madrid. Este incidente acentuó la sensación de mala suerte en el estreno del tren.
A medida que pasaba el tiempo, el malestar de los pasajeros aumentaba. Los servicios a bordo no funcionaban debido a la falta de energía eléctrica, y los viajeros con enlaces estaban especialmente nerviosos. A las 13:24, el tren finalmente reanudó la marcha desde la estación ourensana de San Francisco, ya sin remolque. Muchos de ellos no lograron llegar a tiempo de sus respectivos compromisos.
Renfe intentó compensar a los pasajeros afectados ofreciendo bebidas y gestionando cambios de billete para otros destinos. El retraso de 133 minutos fue el mayor registrado en las primeras circulaciones de los AVE de la serie 106, con Renfe asegurando que devolvería el precio íntegro del billete a los pasajeros afectados.
El retraso provocó críticas desde la Xunta de Galicia, que cuestionó si se habían realizado las pruebas de fiabilidad necesarias. Renfe negó esta posibilidad, calificando el incidente de puntual y asegurando que las pruebas se realizaron según los procedimientos establecidos.