Juana de Castro, la reina “desamada”

1374.- Muere doña Juana de Castro, hija de don Pedro Fernández de Castro, señor de Lemos y Sarria, y de su segunda mujer, doña Isabel Ponce de León. Era viuda de don Diego de Haro, del linaje de los señores de Vizcaya, cuando la requirió de amores D. Pedro I de Castilla. Este consiguió que los obispos de Ávila y Salamanca anulasen su matrimonio con doña Blanca de Borbón y se casó con doña Juana en Cuéllar, pero al siguiente día la abandonó y no volvió a verla. Le dio, no obstante, para su mantenimiento la villa de Dueñas, donde la ilustre gallega vivió mucho tiempo dándose el nombre de reina de Castilla. En la capilla de las Reliquias de la catedral compostelana está el sepulcro de doña Juana de Castro.

Se desconoce su fecha de nacimiento. Tras enviudar prematuramente de su primer marido, Diego Fernández de Haro, con quien tuvo un hijo, Pedro Díaz de Haro, despertó el interés del rey Pedro I, a quien conoció directamente en 1354. ​

El rey quedó prendado de su belleza y, además, le interesaba casarse con ella para poder tener un legítimo sucesor al trono.​ Sin embargo sus requerimientos fueron rechazados en principio por la viuda por estar casado el rey con Blanca de Borbón, de la nobleza francesa. Fueron los obispos de Ávila y Salamanca los que se plegaron a los deseos del rey, declarando nulo en matrimonio con Blanca. De ese modo pudo contraer matrimonio con Juan de Castro, de quien dicen las crónicas que aún en su afán de continua discreción albergaba un sentimiento no disimulado de ambición personal. La boda se celebró en la primavera de 1354 en la iglesia de San Martín de Cuéllar, recibiendo en dote la esposa los castillos de Dueñas y Castrojeriz, además del Alcázar de Jaén.

Pero su marido el rey la abandonó unos pocos días después de verificado el matrimonio para irse alterado a Castrojeriz, sin que volviera a verla en su vida. Aunque no debió estar tan poco tiempo reunido con ella, puesto que el papa le amonestó seriamente si no la dejaba y regresaba con Blanca, llegando a la excomunión por no haber obedecido a su mandato. Se dice que el rey se separó finalmente de Juana de Castro a consecuencia de la excomunión del Pontífice, lo que, sin embargo, se calla en alguna crónica dela época, que abunda en el matrimonio de un solo día. Cuando el rey Pedro abandonó a Juana de Castro le hizo entrega del señorío de Dueñas,, en donde vivió sin dejar nunca de titularse reina de Castilla y de León. ​

En 1369 Pedro I el Cruel fue asesinado por su hermano Enrique de Trastámara que subió al trono con el nombre de Enrique II de Castilla. Juana de Castro falleció en Dueñas el 21 de agosto hace hoy 650 años, en 1374. ​

Después de su fallecimiento, el cadáver de la reina Juana de Castro recibió sepultura en la capilla de las Reliquias de Santiago de Compostela. Su sepulcro es de granito y el lateral del arca sepulcral está decorado con los escudos del reino de Castilla y  León así como con los correspondientes a la casa de Castro. Sobre el sepulcro está colocada la estatua yacente que representa a Juana de Castro, que aparece revestida con un largo manto que sujeta con las manos. La cabeza, apoyada en un almohadón doble, está cubierta con un velo y aparece ciñendo la corona.

1445.- Muere en Mondoñedo su señor y obispo D. Pedro Enríquez de Castro, hijo de D, Enrique, hermano de D, Fradique, duque de Arjona y conde de Trastámara. Se le atribuye la construccón del antiguo claustro de aquella catedral.

1157.- “Envuelto en su manto de guerra, bajo una tienda de campaña levantada al abrigo de una añosa encina”, muere en los bosques de Fresnada, víctima de aguda fiebre, Alfonso VII, el Emperador, natural d Galicia (Caldas de Reis, 1 de marzo de 1105-Santa Elena,​​ 21 de agosto de 1157)