Cuadro de Jan Van den Hoecke que reproduce la batalla de Nördlingen. Castillo de Windsor
2 julio, 2024
1635.- Celebra sínodo en Santiago el arzobispo D. Agustín Espínola, que fue promovido a esta iglesia en 1630 y al partir para la cual le dio Felipe IV, a fin de que en su nombre las ofreciese al Apóstol, seis estandartes y seis banderas que se ganaron en la batalla de Nördlingen (1634).
La primera batalla de Nördlingen se libró en el marco de la guerra de los Treinta Años (1618-1648) entre el 26 y el 27 de agosto del calendario juliano (del 5 al seis del gregoriano) de 1634. Concluyó con la victoria de las tropas imperiales de Matthias Gallas y del archiduque Fernando de Habsburgo (futuro emperador Fernando III de Habsburgo y hermano del rey Fernando IV) y del cardenal-infante Fernando de Austria sobre las suecas de Gustaf Horn y Bernardo de Sajonia-Weimar, lo que supuso el final del dominio de Suecia en el sur de Alemania y precipitó la entrada de la Francia del cardenal Richelieu en la guerra.
Como de costumbre en la Guerra de los Treinta Años, ambos bandos presentan una composición multinacional: destacan en el bando católico los Tercios Españoles de Flandes, Sicilia y Sagunto, y las tropas italianas al servicio de España de Gerardo de Gambacorta, y los imperiales de Piccolomini. Por los protestantes son los regimientos suecos «Negros» y «Amarillos» los que sostuvieron el peso de la batalla. En conjunto se enfrentaron unos veintiún mil hispano-imperiales contra alrededor de dieciocho mil germano-suecos.
Según las crónicas de la época, los españoles aguantaron «seis horas enteras sin perder pie, atacados dieciséis veces, con furia y tesón no creíble, tanto que los alemanes decían que los españoles peleaban como diablos y no como hombres, estando firmes como si fueran paredes».
1160.- Fernando II de León expide privilegio en Santiago “por los muchos excesos, insultos y abusos que se cometen en los seis días de feria de la festividad de Santa Eufemia de Ourense, concediendo su real seguro, que valga tres días antes y tres después de dicha fiesta, amenazando a los transgresores con la ira del cielo y la suya con 500 mrs. De multa a los que injurien o molesten a los peregrinos.
1578.- Don Luis Gómez Serrano, inquisidor gallego, escribe al Consejo que, por no haberse sido posible hallar ni una fanega de trigo ni cebada para los ministros y presos de la Inquisición, mandara hacer embargos.
1886.- El Sr. Montero Ríos, ministro de Fomento, presenta a las Cortes un proyecto de redención de foros.