21 abril, 2024
En las elecciones vascas de este domingo, el PNV ganó por una estrecha diferencia de 28,800 votos sobre EH Bildu. Este resultado se dio en un contexto donde ETA fue el tema central de la campaña durante cinco días. A pesar de ello, EH Bildu logró empatar en escaños con el PNV, alcanzando los 27 escaños y situándose en igualdad de condiciones con el partido de Andoni Ortuzar. Con estos resultados, el País Vasco se dirige hacia una situación de bipartidismo centrado en la cuestión soberanista.
El candidato del PNV, Imanol Pradales, tiene la posibilidad de formar gobierno con mayoría absoluta junto al PSOE vasco, su aliado desde 2016. Esto se debe a que las listas lideradas por Eneko Andueza evitaron el desgaste de formar parte del Gobierno de Urkullu y contarán con 12 parlamentarios, dos más que en 2020.
El empate en escaños entre el PNV y EH Bildu permite que ambos partidos nacionalistas celebren su éxito en las urnas. La dirección nacionalista de Andoni Ortuzar estaba consciente desde septiembre de que cualquier nuevo candidato se enfrentaría a una batalla electoral entre siglas. Los esfuerzos de Imanol Pradales para contrarrestar el crecimiento de Bildu se vieron reflejados en los resultados casi definitivos, que confirmaron que el PNV pudo frenar el avance de Bildu desde el martes pasado, cuando ETA entró en la campaña.
Hasta ese momento, según una encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO, Bildu aventajaba al PNV en hasta dos escaños y estaba muy cerca en intención de voto. Pradales logró sintonizar con muchos indecisos y votantes del PP cuando Pello Otxandiano (EH Bildu) se negó a reconocer a ETA como una «banda terrorista». En apenas cinco días, Pradales consolidó una ventaja de 2.79 puntos, lo que le otorga legitimidad para liderar el próximo Gobierno vasco.
Los 27 escaños obtenidos por el PNV están por debajo de su objetivo no declarado de sumar 28, tres menos que hace cuatro años. Conscientes del desgaste de su marca debido a problemas en la sanidad vasca, el aumento de los precios de la vivienda, la inseguridad y la pérdida de poder adquisitivo, Pradales dejó claro desde su designación en noviembre de 2023 que apostaba por la «estabilidad» al renovar el pacto de gobierno con el PSOE vasco, incluso sin alcanzar la mayoría absoluta entre ambos partidos.
El notable resultado obtenido por Eneko Andueza (12 parlamentarios) ratifica esta alianza para los próximos cuatro años. Los dos parlamentarios adicionales del PSOE vasco tienen un gran valor político, ya que el próximo Gobierno vasco enfrentará tres grandes retos que marcarán la próxima década: las transiciones ecológica, digital y social, que deberán ser abordadas en el tercer acuerdo de gobierno consecutivo entre el PNV y el PSOE vasco en Euskadi.
Los 39 parlamentarios que sumarían PNV y PSE-EE (27+12) podrían reducirse a 38 si Bildu obtiene un escaño más en Guipúzcoa con el recuento del voto CERA. El crecimiento de la izquierda abertzale en los últimos cuatro años es innegable, situándola como una alternativa real al PNV. Bildu se convierte en la primera fuerza en Guipúzcoa y tiene una ventaja en Álava.
El empate provisional a 27 escaños permite a Bildu insistir en su oferta de «gobiernos cooperativos» con el PNV y el PSOE vasco, siguiendo el ejemplo de los acuerdos en Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona. Esta estrategia incluye etiquetar a PP y Vox como «extrema derecha». Aunque Javier de Andrés logra mejorar los resultados del PP respecto a 2020, Vox renueva su presencia en el Parlamento Vasco con un único parlamentario, mientras que Podemos desaparece.