«Rapa» cierra ciclo: el gran final de la «trilogía sobre Ferrol»

Javier Cámara quiere salir a la terraza del teatro Jofre porque, pese a la amenaza de llovizna, la temperatura es agradable; poco después, se asoma Darío Loureiro y Mónica López, a la que divisan desde el balcón, aparece paseando por el mismo corazón del casco histórico de Ferrol.

«Rapa», rodada en la comarca ferrolana, encara el estreno de su tercera y última temporada, que empezará a verse este jueves en Movistar Plus+, su artífice junto a la productora gallega Portocabo.

Con una bolsa de un afamado establecimiento gourmet de la ciudad, el protagonista se muestra «muy orgulloso» del cierre a una serie alabada por crítica y público y que acaba de recoger galardón en el festival de televisión de Vitoria.

A Cámara y López les acompaña Loureiro, «un actor brillante», según su compañero, que confiesa haber disfrutado «como un enano» en el último rodaje, centrado en el astillero de Navantia Ferrol, al haber cursado estudios de Ingeniería Mecánica.

Cita algunos de los emplazamientos escogidos, como el «cementerio de coches espectacular» que es el antiguo cuartel Sánchez Aguilera, para el que la actriz propone su conversión en una gran ciudad cultural.

Tomás y Tacho, que son Javier Cámara y Darío Loureiro, abrazan a una Maite, la propia Mónica López, que luce algo tan ferrolano como un buzo azul, la indumentaria de trabajo del sector naval, en la que todavía se lee Bazán, ahora Navantia.

«Nos despedimos de Ferrol a lo grande con el equipo, han sido tres años mágicos; nos han tratado de lujo, mucha gente se siente muy feliz de que hayamos estado aquí», dice el actor principal sobre la repercusión de «Rapa» en la comarca no solo en lo económico, también en la imagen que proyecta al exterior, alejada del pesimismo que la ha azotado.

Cámara, «enamorado de Ferrolterra», matiza que no han sido «turistas», sino que han vivido «el pulso de la ciudad», su transformación con obras de calado, algunas todavía en ejecución.

Eso sí, espera que no «hayan venido muchos turistas», que no se incurra en la masificación, aunque recuerda que Ferrol «ha sido una ciudad muy cosmopolita» y cree que se «merece ser otra vez un lugar idílico».

Esta tercera tanda de capítulos les «ha unido para siempre», se han emocionado «mucho» con una trama en la que la enfermedad de Tomás «avanza» y en la que el actor ha dirigido el tercer episodio, se ha puesto «a prueba» para cumplir un deseo.

Mónica López no lo duda, «acabar aquí le da sentido a todo», también enfundarse el buzo que le regalaron «dos hijas del metal», sus compañeras de reparto Iolanda Muíños y Paula Morado.

Empapada de la zona, subraya la belleza de la playa de Doniños o del barrio de Canido y promete que volverá «de vacaciones» para seguir completando «una trilogía de Ferrol en tres actos», con toques del rural, de la Iglesia, del estamento militar, el sector naval o el sindical, «un buen espejo» de una ciudad todavía desconocida para muchos