El grupo municipal socialista de Santiago, camino de la sesión plenaria. Foto: M. Rosón
26 junio, 2024
Reconoce el cronista que raramente acuden en auxilio de una gacetilla elogiosa razones tan de peso en la clase política como las que con su comportamiento acaban de brindar los seis concejales integrantes del grupo municipal Socialista en la Corporación compostelana. Y que se sintetizan en el, acaso, menos esperable comportamiento de quienes conforman la política en España; el principio de la coherencia con las ideas, los principios y la ciudadanía. Esa rara avis que cuando se produce es justo reconocer en todo su valor. Por lo excepcional que supone.
Y es que los seis integrantes de ese grupo municipal, conformado por Mercedes Rosón, Mila Castro, Gumersindo Guinarte, Gonzalo Muiños, Marta Álvarez y Marta Abal -ésta como independiente- decidieron ser consecuentes con la línea programática del socialismo municipal en etapas precedentes y desoír el mandato de la agrupación local para que se abstuvieran en la sesión plenaria en la que se debatían cuestiones complementarias a la regulación de las viviendas turísticas.
Dada la partitocracia reinante en el panorama político español, donde son las cúpulas que imponen la ley a su capricho y por encima tantas veces del razonable parecer de sus integrantes, no es fácil sustraerse a ese imperativo –con la amenaza de consecuencias personales para sus incumplidores- y mantener los referidos principios de coherencia con las propias ideas individuales, con la trayectoria desplegada hasta el momento y, por encima de todo ello, la prevalencia de los intereses de la ciudadanía.
Evidentemente, la actitud de los concejales socialistas desata la consecuente maquinaria disciplinaria de quien se rebela ante los mandatos autoritarios de la cúpula política. Pero hablando del socialismo y Galicia, no deja de ser una muestra más de ese desnortado caminar que, en lo que hace a Santiago, se está constatando en el indisimulado afán de la renovada cúpula por la colocación de sus miembros en puestos vacantes en la municipalidad –asesorías o gabinetes de prensa- en el propósito de ir al copo de los cargos que puedan cooptarse no por votación de quienes habrán de trabajar con ese personal, sino desde la imposición clasista de la dirección. ¡Todo un ejemplo de democracia interna!
Será la también renovada dirección provincial del partido la que tenga que pronunciarse sobre esos expedientes. Puede hacerlo, como se hizo en su día con el ex alcalde de Oroso –diciendo que se le expulsaba pero sin llegar nunca a retirarle su carnet y hasta a permitirle que siguiera siendo alcalde- o incrementar su negra historia de discordias y baldones llevando el expediente a las últimas consecuencias, continuando en ese manifiesto “ridículo” que suponía la abstención ordenada, como recuerda el alcalde socialista de Padrón. Pero para la ciudadanía compostelana queda el muy claro mensaje de Mercedes Rosón de “ser consecuentes co que fixemos e coherentes co que decimos”. Y sí, contestando a la pregunta no tan retórica que la concejala se hace en las redes sociales –de donde recogemos la foto-, el del lunes sí fue un día en los que cabe responder que “a política merece a pena”. ¿Acaso es con actitudes como la reseñada como se logra el favor y el aplauso ciudadanos?.