27 agosto, 2024
1809.- El abad de Couto (hoy san Bartolomé de Couso), Ayuntamiento de A Cañiza, D. Mariano Troncoso y Sotomayor –a quien pocos días antes el licenciado don Manuel Acuña Malbar (canónigo compostelano cuya misión era provocar la insurrección en Galicia y organizar la resistencia) y el brigadier D. Pablo Morillo (que había llegado a Galicia por orden de la Junta central de Sevilla) habían comunicado una orden de la Suprema Junta Central nombrándole General de los patriotas del Miño- eleva al ministro de la Guerra una curiosísima exposición relativa a los triunfos del paisanaje gallego contra los franceses.
En efecto, el bueno del abad estaba plenamente legitimado para hacer semblanza del valor de los gallegos en su lucha contra los franceses, no en vano fue el primero en oponer fuerza contra las tropas napoleónicas mandadas por el Duque de Dalmacia tan pronto arribaron a través de la ”raya seca” del Miño en la provincia de Ourense camino de Crecente, con sus duras exigencias a la población durante la marcha para alimentar a las tropas, lo que provocaría la sublevación popular que arrancó el 9 de febrero precisamente a iniciativa de D. Mauricio Troncoso de Lira, párroco de Vilar y de su anexo Couto, y se iría generalizando a lo largo de ese mes y del siguiente con la aparición de nuevos caudillos populares, que coordinarán sus actuaciones con el Marqués de la Romana.
En la localidad tudense se habían asentado 4.000 hombres con 36 piezas de artillería, que en nada amilanaron a los lugareños de la comarca del Baixo Miño, que, a las órdenes del abad de Couto, don Mariano Troncoso de Lira y Sotomayor -caudillo del levantamiento popular-, fijaron el cerco a los franceses el 12 de marzo. Fue el comienzo de unos encarnizados hechos que finalizarían un mes después, -el 16 de abril- con la orden del general Lamartiniere a sus tropas de abandonar Tui, tras numerosas bajas y enorme desgaste, y reunirse en Valença con el Duque de Dalmacia. La localidad tudense era una de las primeras poblaciones gallegas en arriar la bandera napoleónica
Se iniciaba, así, la primera de las fases en que cabe dividir el rechazo gallego contra la invasión francesas en el que tuvieron un papel capital la población civil arropando al Ejército.
En la larga guerra contra Napoleón tuvo especial protagonismo el conocido como Ejército de Galicia, al que viéndolo combatir con un arrojo y determinación inauditos en la liberación del País Vasco y Navarra, motivaron la conocida arenga del Duque de Wellington en el cuartel de Lesaca (Navarra), el 4 de septiembre de 1813:
«Guerreros del mundo civilizado: Aprended a serlo de los individuos del Cuarto Ejército (de Galicia) que tengo la dicha de mandar. Cada soldado de él merece con más justo motivo el bastón que empuño. Todos somos testigos de un valor desconocido hasta ahora; del terror, la muerte. La arrogancia y serenidad, de todo disponen a su antojo. Dos divisiones fueron testigos de este combate original sin ayudarles en cosa alguna y esto por disposición mía para que se llevaran una gloria que no tiene compañera. Españoles: Dedicaos a imitar a los inimitables gallegos, distinguidos sean hasta el fin de los siglos por haber llegado en su denuedo hasta donde nunca nadie llegó. Nación española premia la sangre vertida por tantos cides. Diez y ocho mil enemigos con una numerosa artillería desaparecieron como el humo para que no os ofendieran jamás».
1808.- El marqués de Santa Cruz comunica a la Junta superior de Galicia su incorporación al ejército.
1885.- Verifícase en Lugo una manifestación de miles de almas para protestar del atropello cometido por Alemania en las islas Carolinas. Iguales manifestaciones se celebraron en ls principales ciudades gallegas