5 agosto, 2024
Vamos a dejarlo claro. La diferencia entre el líder socialista de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, y el responsable del socialismo en Galicia, José Ramón Gómez Besteiro, es que aquél no necesita mirar a La Moncloa para justificar su sueldo. Éste, por su parte, anda de cargo en cargo a rebufo de los cortavientos de Pedro Sánchez. Primero, rescatándolo del ostracismo luego que sus conflictos con la justicia quedaran sentenciados, ¿cabe suponer que tras mirar a fondo toda su trayectoria política?, haciéndolo Delegado del Gobierno. Después, y en justo reconocimiento al cerril acatamiento de la doctrina sanchista, llevándolo como diputado a Madrid para otorgarle el honor de ser el primer socialista que usa el gallego en la Cámara.
Luego, todo a la vez, encomendándole el pastoreo de la grey socialista gallega y hasta nombrándole candidato a la Xunta, para que obtuviera los peores resultados de su formación en El Hórreo, como tercera fuerza política, tras perder cinco diputados. Circunstancia que se alza como el mejor diagnóstico para explicar el errático discurrir y de confrontación entre los miembros del socialismo gallego, desde luego para que candidato y candidatura quedaran retratados en el rechazo del electorado, y, por fin, para que La Moncloa supiera el grado de afección de que goza su inquilino entre los votantes gallegos.
Emiliano García-Page, por su parte, lleva desde el 2015 rigiendo los destinos de la comunidad autónoma de Castilla La Mancha sin deber nada al secretario general de los socialistas españoles. Es más, logrando la última reelección con el pesado lastre de la política sanchista con la que está en frontal desacuerdo. Y puestos en plan futurible, todo hace pensar que Page seguirá ganándose la nómina por sus propios merecimientos mientras que Sánchez lo tiene cada vez más difícil. Y Besteiro. ¿Chi lo sa?.
La pretensión de Pedro Sánchez de mantenerse en La Moncloa a cambio de otorgar a Cataluña la llave de la caja va a suponer, a poco que los militantes de ERC aprueben el acuerdo, la inmediata convocatoria de elecciones generales. Lo propiciarán los votos en Cortes oponiéndose a tal arbitrariedad que atenta directamente contra la línea de flotación de la democracia y la Constitución, por enterrar el principio de solidaridad y reconocer que en España hay ciudadanos de primera y de segunda.
García-Page, socialista él, ya ha anunciado que se opondrá con todas sus fuerzas. Y, llevadas al extremo, estas fuerzas se concretan en los siguientes nombres: Sergio Gutiérrez, Isabel Rodríguez, Milagros Tolón, Gonzalo Redondo, Isabel Iniesta, Alberto Rojo, Emilio Sáez, Luis Carlos Sahuquillo. Los ocho diputados en el Congreso por Castilla la Mancha. Suficiente para tirar a la basura todas las promesas d Sánchez a los catalanes. Por cierto, una posición, la de Page, que por el momento secundan ya ocho barones socialistas. Entre ellos, Javier Lambán (Aragón), Miguel Ángel Gallardo (Extremadura), Juan Espadas (Andalucía), Adrián Barbón (Asturias) o Miriam Andrés (Castilla-León).
Besteiro, por el contrario, saluda el acuerdo Sánchez-ERC, insistiendo en que, además, el preacuerdo en Cataluña no pone “en tela de juicio” la igualdad y la solidaridad entre los territorios. Es más, acusó al presidente de la Xunta y líder de los populares gallegos, Alfonso Rueda, de “no saber qué intereses defiende” al mostrarse contrario a una “financiación singular” para las comunidades que beneficiaría a Galicia. ¿Será que Rueda está tan confundido como Page, Lambán, Espadas, Barbón, Gallardo o Andrés? ¿Se equivocan los funcionarios que cifran en 444 millones anuales el “robo” a Galicia?
Bueno, pues al ingenuo de Besteiro se la han metido doblada o, sencillamente, miente a sabiendas. Y no se sabe qué es peor. Porque lo primero se arregla con “las dos tardes” que Sevilla recomendó a Zapatero para saber de economía. Lo otro, no tiene vuelta de hoja. Para él, por supuesto, pero también para las esperanzas de resurrección de un PSdeG-PSOE que con públicos vituperios como ese para el conjunto de los gallegos va a tardar en situarse como fuerza alternativa al PP. Así de fácil se lo ponen.
Otro dato de dónde esta cada cuál. Page se adelantó incluso a Ayuso presentando un recurso contra la ley de amnistía. ¿Y el socialismo gallego?
Un último apunte: “La recomendación que le haría a Rueda es que se preocupe más de lo que queremos reclamar en Galicia y menos de lo que le dicta Alberto Núñez Feijóo desde Madrid”. Lo resume nuestro refranero. Dime de qué presumes.
Otro día hablamos de donde viene la buena sintonía entre Zapatero y Besteiro.