1 agosto, 2024
1520.- Real célula expedida en Valladolid por el cardenal Adriano a nombre de Carlos V dictando varias disposiciones para favorecer el puerto de Coruña, su entrada y abrigo en tiempos borrascosos. El propio Carlos V utilizaría dicho puerto como llegada en 1517 y, como salida, en 1520 con destino a Flandes para ser coronado emperador.
Apenas treinta años después del otorgamiento de la célula, el Licenciado Molina escribía que “Esta ciudad de la Coruña es una de las nombradas en toda España, ansi por su antigüedad como por la excelencia de su puerto, que es uno de los mayores de la cristiandad; es la llave de este reyno; tiene hermosa vista, ansí de la parte de tierra como de la mar; es gran escala de navío que jamás faltan aquí de todas las naciones, carracas y urcas de mercadurías, porque ninguna viene a España, de Flandes o Francia o de otra de aquellas partes, que dexe de tocar aquí; y por consiguiente, ninguna pasa del mediterráneo por esta mar de España, que no haga escala en este puerto”.
Y es que, siguiendo el documentado trabajo que sobre dicho puerto realizó el profesor de la USC Alfredo Vigo Trasancos –A Coruña. Historia e imagen de un puerto atántico (S. I – 1936), de acceso público en Internet- “desde su mismo nacer, la ciudad fue, ante todo, un puerto atlántico de considerable importancia, por más que, a día de hoy, no se conserve de esa época, más allá del faro (Torre de Hércules), ningún testimonio evidente de ninguna otra infraestructura.”
Señala también el profesor Trasancos, glosando las palabras del Licenciado Molina, que su buena posición atlántica favoreció que fuese puerto comercial importante que servía de escala entre el Mediterráneo y el mar del Norte a todos los comerciantes que hacían esa ruta, además de servir de paso de cruzados y otras armadas de guerra y, aún, de llegada de muchos peregrinos que venían a Galicia, desde Inglaterra y otros puertos norteños, por la fama y veneración del sepulcro del Apóstol en la ciudad de Compostela. “de ahí que una de las parroquias de la Ciudad Alta estuviese dedicada al Apóstol y que, las dos de la Pescadería, tuviesen la advocación de San Nicolás y San Jorge; el primero patrón de marineros, comerciantes y peregrinos, y el segundo, santo guerrero de mucha devoción entre soldados y caballeros en general”.
1550.- Termínase la impresión hecha en Mondoñedo de la obra del licenciado Molina Descripción del reyno de Galicia y de sus cosas notables del, dedicada al muy ilustre señor don Pedro de Navarra.
1592.- Se propone al Consejo, por Juan de Matienzo –Jurisconsulto, oidor de Audiencia y presidente de Audiencia-, para inquisidor de Galicia al presbítero Alonso Blanco, sobrino del arzobispo del mismo apellido