31 julio, 2024
1850.- Muere en Santiago el “santo” arzobispo D. Fr. Rafael de Vélez, prelado y apologista español, nacido en Vélez-Málaga el 15 de Octubre de 1777 y muerto en el monasterio de Herbón el 3 de Agosto de 1850. Se llamó en el siglo Manuel José Anguita Téllez.
Fue nombrado arzobispo de Santiago el 12 de Octubre de 1824. Cuéntase que, hallándose cubierta de tropas la carrera el día de su entrada oficial, los jefes, malhumorados por la tardanza, interrogaron bruscamente a dos pobres capuchinos que venían a pie si habían visto al séquito del arzobispo. Entonces sacó de su manto el pectoral, dejando a los jefes asombrados de tanta humildad y pobreza.
Dedicó sus rentas a los pobres y labró el gran Seminario, en el que gastó 60.000 duros. Fundó también una casa de incurables y un Hospital provisional para coléricos. Solía retirarse al monasterio de Herbón y alternar en los ejercicios de piedad con los religiosos sin distinción alguna. En 1826 celebró solemnísimamente en Santiago el Año Santo. A la muerte de Fernando VII volvió a implantarse el régimen constitucional. Por la resistencia que opuso Vélez a la exclaustración y a la desamortización, se renovaron las persecuciones contra él, se le acusó de estar en inteligencia con los carlistas y se le desterró a Menorca el 21 de Abril de 1835. Extinguidas las órdenes religiosas, Vélez había conservado su hábito y su barba de capuchino. Una Real orden de la reina gobernadora, en Abril de 1836, comunicada por medio del capitán general de las Baleares, le obligó a despojarse de su hábito capuchino, aunque llevaba un año encerrado para no dar motivo a que le ordenaran quitárselo.
Volvió, no obstante, de su destierro, entrando triunfalmente en Santiago, y murió santamente en el monasterio de Herbón en la fecha citada anteriormente, a los treinta y cuatro años de episcopado y setenta y tres de edad.
Su gran obra fue la fundación del Seminario Conciliar de Santiago (1829), proyecto intentado, pero que no pudieron realizar algunos de sus antecesores. Después de arduas gestiones pudo conseguir que aquél se instalase en el edificio llamado Colegio de San Clemente, en cuya habilitación gastó grandes sumas, inaugurándose el Seminario el 14 de Octubre de 1829. Para albergar a los sacerdotes achacosos e imposibilitados fundó la Casa de Venerables, en donde aquéllos pudiesen ser mantenidos sin ser víctimas de la miseria y sin menoscabo del decoro sacerdotal. Esta casa, que sería a la vez casa de ejercitantes, era lo que hoy es Instituto de segunda enseñanza. En 1831 regaló el actual reloj de la Catedral, que construyó en el Ferrol Andrés Antelo. Al regresar de su destierro y al entrar en Santiago el 26 de junio de 1844, lo recibió el pueblo en masa con grandes manifestaciones de alegría. Empleó luego sus esfuerzos en restaurar la disciplina eclesiástica, que había sufrido un rudo golpe con los trastornos políticos y sociales; costeó la nueva capilla de Pastoriza, de Santiago, por planos del arquitecto Juan López Freire, o sea la fachada de estilo neoclásico, la cornisa y el comienzo de la linterna, que no llegó a terminarse, y también levantó a su costa el tramo del Mediodía del convento de Dominicas de Belvís de la misma ciudad, y desde un principio distribuyó todo el importe de sus pingües rentas entre los pobres y las iglesias. Cogió bajo su protección y patronato el Hospicio de Santiago, cuyo Ayuntamiento, en demostración de gratitud y para perpetuar la memoria y virtudes de su prelado, le dedicó una lápida conmemorativa, que fue colocada con toda solemnidad, el 27 de junio de 1851, en el primer salón de espera de la referida Casa-hospicio.
En la grandeza de su palacio y en la alta dignidad a que se veía elevado, pasaba sus días en la mayor rigurosa observancia de su primitiva profesión. Una tarima de tres tablas y un hábito de tosco sayal consumido por los años y zurcido por sus propias manos formaban todo su equipo. Humano y compasivo, lo acreditó de modo especial implorando con el mayor empeño el perdón de los autores del movimiento revolucionario de Galicia en 1846 –los mártires de Carral-, a pesar de haber recibido de ellos no pequeños agravios. El cadáver de Vélez, a raíz de su fallecimiento, fue trasladado a Santiago, recibiendo sepultura en la Catedral, cerca de la reja del coro, al lado del Evangelio, pero antes, al proceder al embalsamamiento, se le extrajo el corazón, que, colocado en una redoma de cristal en alcohol, consérvase con filial respeto en una urna abierta en la pared de la capilla interior del Seminario, al lado de la Epístola.
1836.- En el campo de la Horca de Lugo se da muerte a los carlistas Vicente López, de la misma ciudad, y Juan de Abiol, de Soñariz.
1854.- Es nombrado subsecretario del ministerio de la Guerra don José M, Mac-Crohon y Blake (Ferrol, 13 de mayo de 1803 – Mar Rojo, 21 de agosto de 1860) que, pocos meses después, se encargó de dicho ministerio por enfermedad del ministro, conde de Lucema.
1879.- El Ayuntamiento de La Coruña acuerda que conste en acta haber visto “con sentimiento” la conducta de los diputados gallegos que se ausentaron del Congreso en los momentos en que se trataba de discutir un proyecto referente a los ferrocarriles del Noroeste.