30 julio, 2024
Uno de los signos que mejor identifica la inocencia infantil se da cuando ante una situación de peligro o cuando alguien no quiere ser visto se tapa los ojos y la cara y… ¡voilà!, efecto conseguido.
Como al grupo de Gobierno municipal hay que concederle algo más de picardía que la ingenuidad que trasluce ese comportamiento infantil, habrá que acudir a otra explicación que justifique actuaciones que se encardinan en esa misma obsesiva práctica de que lo que no está en su programa, no existe. Y tan tranquilos.
Ahora que concluyen las fiestas del Apóstol 2024 (extraño ser ese Apóstol que no aparece por ningún lado de la programación, ¿acaso el avatar de algún ignoto zombi emergente de las tinieblas?) es digno de resaltar esa consciente voluntad de no incluir en la programación festiva el acto más significativo que da origen y justifica todo lo demás -No solo eso, sino que está en el origen mismo de la ciudad que quieren gobernar-: La celebración religiosa del Santo y la Ofrenda Nacional que se realiza en el transcurso de la misa conmemorativa. Esa que lleva cerca de cuatrocientos años y que BNG y Compostela Aberta creen que desaparecerá de la faz de la tierra por no incluirla ellos en su programa. Y como aludir a lo de la ingenuidad en tan eximios representantes de la extrema izquierda sería una burla para ellos, habrá que concluir que tiene más comprensible acomodo en el más atávico sectarismo que les singulariza, excluyente de cuanto no quepa en el estrecho campo intelectual que las orejeras de la fobia les permite ver.
Lo malo, lo que sin duda debe ser su gran frustración en las noches de insomnio, es cuando descubren, como el niño al hacerse mayor, que esa práctica del avestruz no cambia el signo de las cosas. Y que, con ellos o sin ellos, el mundo sigue adelante. Y el Apóstol, el discípulo de Jesús, sigue concitando presencia masiva de visitantes y peregrinos –esos a los que quieren sisar la tasa turística- Porque ¿cabe mayor frustración que la de ver lo inútil de una postura que se dice coherente con su forma de ser y que cae una y otra vez en el ridículo?.
La mejor medida del éxito de las fiestas de este Apóstol 2024 en la organización de los responsables del Gobierno local la reveló, a cuantos lo protagonizaron, ese largo y prolongado en el tiempo atasco en la autovía de salida de Compostela a las playas más próximas a la hora del mediodía del 25 de julio, situación absolutamente inédita el resto del año en esa misma carretera, en la misma dirección y a la misma hora. Ese es el mejor ejemplo de lo que la programación festiva atrajo a los propios santiagueses.
Pronto hará un siglo que un afamado compositor norteamericano escribió para un espectáculo de Broadway la mundialmente famosa canción Smoke gets in your eyes, que a los pocos años popularizarían los Platters, en versión que Steven Spielberg llevó más tarde al celuloide, en 1989, con Always. La melódica canción advierte de que hasta los excesos de amor son malos porque “cuando tu corazón está en llamas, debes darte cuenta de que el humo se te mete en los ojos”.
Tan amantes de Compostela, tan comprometidos con la ciudad como predican y resulta que, como en la canción, ese humo, similar al que desdibujó unos Fuegos a los que ellos mismos quitaron toda esencia y singularidad, acaba, como en la foto, llenando los ojos de humo de cuantos los contemplan. Y así, claro, es imposible poder discernir de acuerdo con lo que dicta el sentido común. ¿Será eso?.