28 julio, 2024
Cuando España recuperó la democracia y las formaciones políticas comenzaron a insertarse con plena legitimidad en el entramado social y ciudadano, la relevancia de las bases de los partidos era consustancial a la legitimidad de la propia formación puesto que los lideratos se formaban de abajo arriba, desde las escalas más pequeñas para ir ascendiendo hasta la cúpula como resultado de aquella primera votación en las agrupaciones locales más pequeñas y que en sucesiva delegación de responsabilidades acaban por conformar la cúpula dirigente.
El establecimiento de la partitocracia, sin que nadie la invitara, vino a corromper el sistema representativo de las formaciones políticas porque ahora ya no se eligen los dirigentes en el referido proceso de abajo hasta arriba, sino que es la cúpula, la dirección de las formaciones quienes deciden a quienes de los suyos eligen para los puestos de relevancia. Y la militancia, claro, adocenada en el si bwuana, que algún día puede que me toque a mí.
Lo antedicho es lo que está pasando ahora mismo en los distintos congresos locales del Partido Popular de la provincia de A Coruña y de Galicia toda, en un proceso que, contra el más elemental espíritu democrático, empezó de arriba hacia abajo. Primero el gallego, luego los provinciales y, por fin, los locales. Una perversión que deja a las claras el escaso respeto al militante de base, por mucho que los resultados se midan a la húngara, con adhesiones inquebrantables.
Acaba de suceder en el PP de Teo, con los aires de renovación que la Ejecutiva provincial ha determinado –algún día explicaremos todo el proceso hasta llegar a la actual alcaldesa, incluida la falta a la palabra dada de jerarcas del partido- impuesta para encabezar las listas de cara a las municipales y nuevamente impuesta ahora para presidir el partido (bueno, no, ¡que fue votada por el 100 % de la militancia! Es decir, más que a la búlgara).
En su discurso de agradecimiento la nueva presidente del PP se refirió a la fortaleza de su lista, la gente que le acompaña en la directiva, de la que dijo que “esta é unha lista feita para traballar, non para figurar. Unha lista que conxuga experiencia e novas incorporacións que, sen dúbida, achegarán frescura e forza”.
Y sí, tiene razón, porque en ninguna nota de prensa del PP provincial o Local (¿) es posible acceder a los nombres que componen dicha lista. Porque, convidados de piedra de una forma de hacer política presidencialista, encantada de conocerse a sí misma, están condenados “a non figurar” que dice su presidenta. ¿Ni siquiera para votarles cuando sea el momento?
Pues así es cómo se hace política en Teo. Democracia participativa no, pero parafernalia política, toda la del mundo (Rueda, Calvo, Paula Prado, Tellado y los conselleiros de Cultura y Educación. Esta vez, sin el presidente del Parlamento) ¿Servirá para algo la exhibición de tanto padrinazgo? ¿Notarán los vecinos de Teo todo ese cariño xunteiro de que goza la nueva presidenta del PP y alcaldesa? ¿Todo lo anterior era tan malo?
¡Con qué ensoberbecida displicencia se van dejando cadáveres en el camino!