26 julio, 2024
Once años y dos días después de la fatal tragedia, tras un proceso judicial que culminó el pasado 27 de julio de 2023, con un juicio que se extendió durante más de medio año y una instrucción que duró casi una década, finalmente el juzgado de lo penal número dos de Compostela ha condenado a Francisco José Garzón Amo, maquinista del Alvia que descarriló en Santiago el 24 de julio de 2013, a dos años y medio de cárcel. También ha sido condenado Andrés Cortabitarte, quien era director de Seguridad en la Circulación del Adif en el momento de la puesta en funcionamiento de la línea Santiago-Ourense.
Según el fallo emitido este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, ambos han sido sentenciados por la comisión de 79 delitos de homicidio y 143 de lesiones por imprudencia grave.
Además, se les ha inhabilitado para ejercer sus profesiones durante cuatro años y medio y se les ha impuesto el pago de una indemnización, con responsabilidad civil directa de las entidades aseguradoras QBE y Allianz Global, correspondientes a Renfe Operadora y Adif, respectivamente. La indemnización supera los 25 millones de euros y está destinada a las víctimas de este siniestro ferroviario.
Así, la magistrada María Elena Fernández Currás ha identificado como causas del descarrilamiento ocurrido en la curva de A Grandeira, en el barrio de Angrois, la falta de medidas para mitigar el riesgo de circular con un sistema de seguridad que dejaba toda la responsabilidad en manos del conductor, así como el «descuido» del maquinista al recibir una llamada del interventor de a bordo, Antonio Martín Marugán.
La resolución se ha divulgado once años y dos días después de la tragedia, tras un proceso judicial que culminó el 27 de julio de 2023, con un juicio que se extendió durante más de medio año y una instrucción que duró casi una década.
En su sentencia, la jueza afirma que, además de la llamada de 100 segundos recibida por el maquinista, que causó su distracción, otra razón del descarrilamiento a una velocidad de 176 kilómetros por hora fue la ausencia de mecanismos de protección en la vía en caso de que el maquinista no cumpliese con la velocidad máxima de 80 kilómetros por hora establecida para ese tramo.
Ambos acusados, según la jueza, incumplieron el deber de cuidado que sus cargos les imponían, pues sus acciones incrementaron de manera ilícita el riesgo de un resultado dañoso que estaban obligados a prevenir y capacitados para evitar. Dado el impacto de los bienes jurídicamente protegidos que se pusieron en riesgo y resultaron fatalmente lesionados, sus actuaciones solo pueden ser calificadas como graves.
SATISFACCIÓN ENTRE LAS VÍCTIMAS
Por su parte, las víctimas han expresado su satisfacción por la sentencia, agradeciendo a la magistrada María Elena Fernández Currás que haya sido «valiente» al poner «negro sobre blanco» y condenar a dos años y medio de cárcel al maquinista Francisco José Garzón Amo y al excargo de Adif Andrés Cortabitarte.
«Entendemos que, gracias a ir a Europa, finalmente podemos tener una sentencia justa, de una jueza valiente, independiente. Teníamos en contra al Estado y a todas las instituciones. Nadie colaboraba», señaló este viernes Jesús Domínguez, portavoz de la asociación de víctimas 04155.
«Por fin queda negro sobre blanco», ha añadido, tras agradecer que «saliese condenado el Adif» y afear al fiscal Mario Piñeiro que retirase la acusación contra el administrador de infraestructuras ferroviarias.
«Si le queda algo de vergüenza, debería irse a casa», ha espetado Domínguez.