26 julio, 2024
912.- D. Ordoño II, rey de León y gobernador de Galicia, funda el monasterio de San Martin de Santiago. Durante la estancia del monarca en Galicia se llevó a cabo sin problemas la reconstrucción y repoblación de la ciudad de Lugo y fueron frecuentes las donaciones realizadas a la iglesia compostelana.
La construcción ordenada por el Rey Ordoño II se enmarca, según las crónicas, en dar acomodo a los frailes cuidadores de la capilla catedralicia de la Corticela, con clara vinculación con la aparición de los restos del Apóstol. Consta, en efecto, un edificio primitivo en el mismo lugar que hoy ocupa la iglesia-monasterio de San Martiño Pinario, de factura románica y del que no quedan apenas restos. Los escasos elementos arquitectónicos que sobrevivieron al tiempo, se aprovecharon para la cimentación del actual edificio, como se puede apreciar en algunos muros exteriores.
El actual conjunto, que ocupa unos 20.000 metros cuadrados, es una de las mayores construcciones de este género que existen en España, luego de El Escorial, y actualmente alberga el Seminario Mayor, una hospedería, la Escuela Universitaria de Trabajo Social o el Archivo Histórico Diocesano de la Archidiócesis de Santiago, además de un museo con exposición permanente, incluyendo la iglesia con retablos y la sillería del coro.
La realización de la iglesia y el monasterio se llevan a cabo a lo largo de más de un siglo, desde que se comienza la iglesia, en 1590, hasta que termina uno de los claustros interiores, en 1747.
La iglesia de San Martiño Pinario reúne elementos del último renacimiento y del barroco, muy común en toda la ciudad. La planta es de una sola nave, con capillas laterales inscritas en un rectángulo. La inmensa nave central se cubre con bóveda de cañón con falsos casetones, y las tres capillas laterales con bóvedas casetonadas. La gran cúpula nervada, apoyada en pechinas, proporciona una sensación aérea muy marcada.
Al exterior, la fachada de la Iglesia, a la que se accede a través de unas hermosísimas escaleras barrocas, se estructura en tres cuerpos verticales que corresponden con la división interna del templo, y que representan una profusión decorativa ausente en el resto de los muros. Se cubre con multitud de figuras de santos y se corona, en la parte superior, con la escena de San Martiño.
El Monasterio propiamente dicho se compone de dos claustros: el de las Oficinas y el de la Portería, realizados en el siglo XVIII. Al exterior, destaca su fachada principal, proyectada por Fray Gabriel de las Casas, que inicia las obras hacia 1697. Se compone de tres cuerpos: la frente y dos torres laterales de planta cuadrada. La puerta principal está enmarcada por cuatro grandes columnas dóricas y sobre ella, una hornacina que porta la imagen de San Benedictino. Sobre el cornijón, cuatro pináculos y la peineta con un escudo real y corona callada. Terminando el conjunto, un grupo escultórico de San Martiño partiendo la capa con un pobre.
Se puede rastrear el origen del monasterio, como se señala, en la presencia de algunos monjes ocupándose del oratorio de San María de la Corticela de Santiago a finales del siglo IX o comienzos del X. El monasterio de San Martín nacería como tal a comienzos del siglo XI, tras el trágico paso de Almanzor por tierras gallegas, cuando los monjes habrían logrado el apoyo decisivo del obispo Pedro de Mezonzo para comenzar una construcción independiente en el espacio actual, por entonces situado fuera de las murallas de la ciudad.
La titularidad de San Martín se debe al santo de la orden benedictina San Martín de Tours, advocación que indica ya una cercanía con la Orden o, al menos, con la regla de San Benito, si bien la pertenencia de la casa a la Orden Benedictina ha sido fechada a finales del siglo XI o comienzos del XII, durante el arzobispado de Diego Gelmírez.
La fundación de una estructura independiente permitió a los monjes recibir numerosas donaciones de reyes, obispos y otros señores, lo que le permitiría crecer y convertirse en un importante monasterio medieval. Las obras debieron ser continuas durante los primeros siglos, teniendo noticia de la consagración de una iglesia románica por el citado Gelmírez en 1102.
Los siglos de crecimiento de San Martín Pinario se sucedieron hasta el XIII, sufriendo una cierta crisis durante los siglos XIV y XV, coincidiendo con el auge y fundación de comunidades mendicantes -franciscanos y dominicos- en la ciudad de Santiago. Pero a partir del siglo XV el monasterio se recuperó, siendo impulsado por la propia Orden y figuras como los Reyes Católicos, promotores y benefactores que favorecieron al monasterio con nuevas rentas y prioratos.
El final de la gran institución monástica llegaría con la Desamortización, en 1835, cuando la comunidad benedictina fue exclaustrada y el monasterio pasó a ser sede de oficinas estatales y a acoger importantes eventos. Los monjes no volvieron jamás y, como hemos dicho, el edificio mantiene hoy esa función de acoger instituciones y eventos, si bien también de carácter religioso.
El monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural en diciembre de 2020 por decreto de la Xunta de Galicia 235/2020 de 3 de diciembre.
1159.- Traslación del cuerpo de Santa Eufemia, virgen y mártir, desde la feligresía de San Salvador de Manin (Lobios) hasta Ourense. Pero en el transcurso del traslado los portugueses, armados, disputaron a los gallegos la posesión de las santas reliquias en batalla campal hasta que, de acuerdo los prelados de Braga y Ourense, dispusieron, para calmarlos, dejar a los bueyes que las transportaban que caminaras a su arbitrio, tomando estos el camino de Ourense.