25 julio, 2024
– El 25 de Julio es, quizá, la fecha más emblemática del año en Santiago. ¿Qué representa para usted?
Un día de fiesta, y de fiesta religiosa. Después de la Novena y las Vísperas solemnes en la Catedral de Santiago, tenemos ese día la celebración del Apóstol Santiago, y por la tarde la tradicional Misa en gallego, para encomendar ante el Señor a nuestra querida Rosalía de Castro, en Bonaval.
– Al margen de la jornada institucional, festiva y de la ofrenda real, ¿qué supone el símbolo del Apóstol y todo cuanto se asocia a su figura?
A mi juicio, el Apóstol simboliza la generosa actitud de una persona que, olvidándose de sí misma, deja su casa y se pone en camino, para transmitir a una gente lejana y desconocida, la Buena Noticia que Jesús le había encomendado: el que procedemos de Dios y caminamos de nuevo hacia Él, junto con nuestros compañeros de camino, para ser felices a lo largo de toda una eternidad.
– ¿Cree que en lugar de a Roma, ahora todos los caminos conducen a Santiago?
Yo no quiero terminar con ese dicho, pues considero que Roma es muy importante para la fe cristiana. Por otra parte, Roma, Jerusalén y Santiago continuarán siendo los tres centros de peregrinación acuñados por la historia. Ahora bien, Santiago no se queda atrás de los otros dos, pues, por ejemplo, cuando el Papa va de viaje, muchos que iban a peregrinar hasta allí lo dejan para otro momento, mientras que, quien viene a Santiago como peregrino, viene para visitar el sepulcro de Santiago, que no se mueve de aquí. Además, los caminos de Santiago son plurales, hasta el colmo. Por ellos transitan miembros de casi todas las naciones reconocidas por la ONU: de todas ellas vienen hasta Santiago en peregrinación. Incluso lo que intentaba evitar Lutero (el que no vinieran a Santiago los protestantes, quienes estaban de acuerdo con su sentir), ahora no le hacen caso, en absoluto, sino que vienen e incluso tratan de conversar con los confesores.
– Está jornada también tiene asociada una fuerte connotación política, ¿se identifica con ella?
En primer lugar rechazo la idea de canalizar todo desde la política…: eso de querer concretar lo que es la verdad desde el ángulo de la visión de un grupo político, es un desbarre que no tiene remedio sino con la formación científica, para que cada uno esté en su sitio. Desde luego, siendo Santiago un discípulo de Jesús, que ha conseguido la evangelización de estos lugares, o se tiene en cuenta de cerca la dimensión religiosa, o, lo menos que se puede hacer, es no querer apropiarse lo que significa esa fiesta, pues la dimensión prevalente (diría yo “esencial”) depende de la Religión cristiana. Aludiendo a algo en concreto, que sucede este mismo año: No es justo hacer unos programas que se titulan “Apóstolo 24” y que uno busque las actividades del día de esa solemnidad y no aparezca ninguna de tipo religioso…, ni siquiera la de la Ofrenda Nacional.
– Vivimos en una sociedad polarizada de todos contra todos, ¿en qué medida esta fecha puede ayudar a unir antes que a batallar?
Los cristianos de hoy no tenemos la tendencia a batallar: ni pedimos penas de muerte -pues consideramos que solo Dios es el dueño de nuestras vidas-, ni queremos que se maltrate a los animales, ni que se prive de la vida a los niños que ya han sido concebidos, aunque todavía estén en el vientre de su madre. Lo que sí, considero justo, es que, si alguien quiere celebrar la “festa da xouba”, o la “festa do mexilón”, debe ponerles ese título, y no el de “Apóstolo 24” o “Apóstolo 25”…
– ¿Puede resumir en una frase el espíritu de un día especial que debería resultar balsámico para todos?
Sería el de volverse feliz ayudando a los demás a ser felices.