21 julio, 2024
El Concello de Teo tuvo un antes y un después desde que el alcalde Armando Blanco Martínez abandonase el cargo. Pasó de ser casi una aldea, muy visitada por los compostelanos en la popular “Casa de las Tortillas”, a convertirse en la tercera urbe de la comarca con Santiago y Ames a la cabeza. Fue el regidor más laureado de Galicia y tras 12 años en el cargo (1995-2007) dio paso a ocho más de negritud con Martiño Noriega Sánchez, quien al frente de las mareas (2007-2015) desarrolló su acción política pensando más en su progresión personal que en los intereses y demandas de los vecinos.
Y al finalizar su maléfica influencia en la alcaldía, el diluvio. Su cacería a los periodistas infieles le pasó factura y fue sustituido por Rafael Sixto Edreira en minoría (2015-2023) aliado con el PSOE hasta que la unión saltó en mil pedazos por enfrentamiento radical con sus aliados por presuntas “graves irregularidades” en la gestión municipal.
Mientras, el candidato del Partido Popular en esos años fatídicos de la etapa post Martiño fue un conocido y respetable empresario, José Manuel Guerra Calvelo, que no alcanzó la alcaldía por poco y presidía una empresa especializada en sondeos y pozos de barrena; persona íntegra y cabal, quizá por eso se retiró de la carrera política.
Las elecciones municipales en mayo de 2023 regresaron al pasado y el PP volvió a conseguir la mayoría absoluta, por primera vez con una mujer al frente, gallega y leonesa. Lucia Calvo de la Uz fue aclamada como la primera regidora. Algunos (inocentes) pensaron que las aguas volverían a su cauce, pero no fue así. Dieciséis años en manos del oscurantismo hacían presagiar un cambio de rumbo, pero quizá el remedio haya sido peor que la enfermedad. Resulta que quien declaró ser una persona de mucha escucha demostró ser todo lo contrario. Si por sus hechos les conoceréis, la buena señora escucha poco, le gusta mandar mucho y además comenzó su trabajo aumentándose considerablemente el sueldo.
Algunos residentes que intentaron ser recibidos fueron derivados sin contemplaciones a otras instancias de rango inferior. O sea, que la señora alcaldesa a la que muchos denominan “De la Hoz” en lugar de “De la Uz” no gusta de recibir y oír la voz de la calle. Tal como refleja el refranero español: “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. En fin, Teo, desde el recordado Armando Blanco pasará a la pequeña gran historia del municipalismo gallego como una alcaldía maldita. ¡¡Pobres vecinos!!