25 junio, 2024
“Simplemente, nos hizo felices”, fue una frase tan coloquial y tan espontánea y casual como tantas otras de las pronunciadas ayer pero, sorprendentemente, fue esa frase en esencia la que más se repitió en una jornada tan emotiva y con la que tantos y tantos compostelanos respondían en estas últimas horas al ser preguntados por José María Caneda.
Con él no solo se va un pedacito (más bien un pedazo inmenso) de esa historia y mística de nuestro querido Compos, con él se va todo un símbolo y figura de nuestra ciudad, un hombre capaz de, precisamente, hacernos felices a través de algo tan vulgar y banal como un cuero inflado y 22 locos corriendo tras de él.
Alguien que nos hizo creer que nuestra modesta ciudad podía competir y codearse con Barcelona´s y Madrid´s, alguien que supo trasladar a la realidad la loca e inimaginable ambición de ver a la capital compostelana entre la élite del fútbol nacional, alguien polémico y de carácter peculiar pero que, precisamente, nos hizo felices.
Nos hizo felices por el simple hecho de ser capaz de traer a San Lázaro algo tan banal como un cuero inflado y 22 locos corriendo tras él. Sí, algo tan nimio, pero qué épocas y qué noches nos regalaron aquella pelota y aquellos locos muchachos…
Y sí, quizás en ocasiones los obsesos del fútbol (me incluyo) romantizamos asuntos como este, pero, de verdad: vayan y pregunten.
Si la escuela, el instituto y nuestros odiosos maestros nos enseñaron acerca de eso del Renacimiento, el Antiguo Régimen, la Revolución Francesa… Resulta que Santiago y nuestros padres y abuelos también nos transmitieron todo acerca de esa dorada época conocida como “Cuando el Compos estaba en primera”. Y si uno ha prestado un poco de atención y estudia esa gloriosa etapa, habrá de saber que lo que vivió nuestra ciudad en aquellos tiempos fue un fenómeno que trascendió por completo el simple fútbol.
Y es que no, no solo fueron 22 locos y un cuero inflado para nuestra ciudad, fue mucho más…
Que la cuenten como quieran, que pongan ‘peros’ si así se sienten mejor, pero nunca podrán negar ni cambiar la historia: políticamente incorrecto, sobrado de carácter, ni un pelo en la lengua, controvertido como pocos, no se despidió del club de la mejor forma y se cagó a trompadas con Gil… pero ahí se nos va el mejor presidente de la historia de nuestro club. El que nos llevó a Primera. Ahí se nos va alguien cuya figura, al igual que el Compos, trascendió del todo el mundo del fútbol hasta ser alguien sin el que no se puede imaginar lo que sería nuestra Santiago a día de hoy.
Y aún así, dejémoslo claro: No. No se nos va nadie, ya que, como bien saben que se suele decir, uno solo se va realmente cuando se le olvida.
Díganme entonces, ¿cómo demonios va a olvidar esta ciudad a alguien que nos hizo soñar y saborear lo que se siente al estar en el olimpo del fútbol?, ¿cómo va a olvidar nuestra Santiago a quien contribuyó durante toda su vida a hacer de ella lo que es hoy?
Los otros que la cuenten como quieran. Nosotros solo te decimos: gracias, nos hiciste felices. Siempre fue mucho más que un cuero y 22 locos llenos de barro, ya lo sabemos.