28 mayo, 2024
La VII Encuesta de Percepción Social de la Innovación en España (EPSI), elaborada por Cotec y Sigma Dos, revela que el 80% de los trabajadores en España apoya la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, siempre que no implique una reducción salarial. Sin embargo, si esta reducción conllevara una disminución del salario, el 70% se opondría. La encuesta, basada en 7.243 entrevistas, garantiza la representatividad de los resultados y permite desgloses por sexo, edad y comunidad autónoma y representa la mayor encuesta de innovación que se elabora en España.
Los encuestados que tienen preocupaciones sobre la reducción de la jornada laboral temen principalmente la reducción de salarios (35%), la pérdida de beneficios empresariales (32%) y la pérdida de competitividad del país (29%). No obstante, muy pocos dudan de que la medida mejoraría su calidad de vida y no afectaría a su motivación ni a su productividad. Este año, la EPSI incluyó un bloque de preguntas dedicado a la posibilidad de una jornada de 35 horas semanales.
La mayoría de los ciudadanos cree que la reducción de la jornada laboral llegará como consecuencia del cambio tecnológico. El 61% de los ciudadanos piensa así, un aumento de 16 puntos porcentuales respecto a hace cinco años. En 2018, el 45% creía que el cambio tecnológico reduciría las horas de trabajo, frente al 43% que opinaba lo contrario; hoy, la diferencia es de casi 34 puntos porcentuales, con solo el 27% creyendo que no habrá cambios significativos.
La población ocupada también expresó sus preferencias sobre cómo debería implementarse la reducción de jornada. Una amplia mayoría (61%) se inclina por concentrar el trabajo en cuatro días, mientras que el resto prefiere mantener los cinco días pero trabajando menos horas. En este punto, hay grandes diferencias según la edad: la semana laboral de cuatro días es preferida por el 69% de los menores de 30 años, pero solo por el 51% de los mayores de 65.
La encuesta también aborda cómo perciben los españoles el cambio tecnológico y su impacto en la vida personal y profesional. El 62% de la población cree que la mayoría de los puestos de trabajo actuales serán desempeñados por máquinas en los próximos 15 años. Sin embargo, el 47% de los ocupados cree que “de ninguna manera” un robot podrá sustituirle en su puesto, aunque en 2019 este porcentaje era del 63%. Este dato varía según el sector: el 53% de los trabajadores del sector público no cree que una máquina pueda sustituirles, frente al 45% en el sector privado.
Por otro lado, el 71% de los encuestados opina que España no está preparada para un futuro marcado por la automatización del empleo, aunque el 61% de los trabajadores se siente capacitado para competir en ese nuevo mercado laboral, cifra que aumenta al 70% entre las personas con estudios superiores y baja al 37% entre los que no superan la educación primaria. Positivamente, el 54% de los españoles cree que la tecnología crea más empleo del que destruye, una diferencia de opinión con los que piensan lo contrario (39%) que es la más alta en las siete ediciones de la encuesta.
El teletrabajo ha crecido en el último año, con el 16% de los trabajadores por cuenta ajena y el 32% de los autónomos practicándolo. El 96% de los teletrabajadores se siente capacitado para esta modalidad de empleo, el 89% opina que no disminuye su productividad y el 88% cree que mejora su conciliación personal.
En cuanto a la percepción de la innovación en España, la encuesta revela que el 80% de los encuestados cree que la inversión pública en I+D+I es insuficiente. La inversión en esta área se sitúa como la cuarta prioridad de gasto público, solo por detrás de Educación, Sanidad y Pensiones. El 48% de los encuestados considera que el nivel de innovación de España está en la media europea, una caída desde el 59% en 2017. En contraste, el 43% sitúa a España entre los países menos avanzados en innovación, aumentando desde el 33%. La distancia entre quienes ven a España a la par con Europa en innovación y quienes la sitúan en el vagón de cola se ha reducido de 25 a solo 5 puntos porcentuales en seis años. Finalmente, el 82% de los encuestados percibe la innovación como un fenómeno positivo, aunque el 52% cree que produce desigualdad social.