17 mayo, 2024
El protagonista del filme de este título (2023), Hirayama, es un empleado municipal que limpia retretes públicos de Tokio. La película presenta su jornada laboral, que cumple con esmero, en días repetitivos que inspiran poca creatividad. Habla lo justo, cultiva sus aficiones a la fotografía y a la música pop y hace de sus rutinas algo gratificante que trasciende. Esta película del alemán Wim Wenders optó a los Óscar por Japón, el país productor del filme. Su tranquilo protagonista obtuvo un premio de interpretación y algunos espectadores auguramos largo prestigio a la peli. Hay en ‘Perfect Days’ un canto implícito a la vida diaria de los oficios de poco brillo social.
Me obligó pensar en Maruja ‘la del Trece’, en Sofía, en Toña y en Herminda: cuatro limpiadoras de los Institutos en que he trabajado treinta años. Con su fregona y sus plumeros sostuvieron los edificios de los Institutos ‘Concepción Arenal’ de Ferrol, y ‘Arcebispo Xelmírez II’ de Santiago, e hicieron amable el trabajo de Profesores y alumnos. Yo honro, gracias a la sugestión de ‘Perfect Days’ esos oficios que no llevan premio en Eurovisión pero que aguantan el Mundo. Compostela es vividero gracias al barrendero de mi calle con mono a rayas verdes y amarillas tanto como a Goretti Sanmartín en Raxoi.
Late grandeza en la tarea rutinaria. Cabe señorío en el manejo de la escoba y nobleza en la tarea bien hecha. Toda la Humanidad se ennoblece con ella. A Indonesia le va bien si usted y yo convertimos en arte nuestro pequeño oficio diario en Compostela.