14 mayo, 2024
1589.- Alentados por el pundonor y arrojo de María Mayor Fernández de la Cámara y Pita, quien tras perder a su marido en la contienda atacó a un oficial británico (se sospecha que el hermano de Francis Drake) y le quitó el estandarte que utilizó para atravesárselo, los coruñeses corrieron con ella, al grito de “¡Quien tenga honor que me siga!”, contra el enemigo. Embestida que acabó por minar la moral de la fuerza británica y propició la victoria definitiva de los coruñeses, luego de más de una semana de permanente asedio. La hazaña de María Pita fue reconocida por Felipe II con el nombramiento de la heroína coruñesa como alférez perpetuo y un sueldo de por vida.
En el desistimiento inglés tuvo que ver también la noticia de que los refuerzos españoles estaban en camino. De esa forma, el 18 de mayo levaron anclas y pusieron rumbo a Lisboa.
El recuento final de los diez días de asedio contabilizó un total de un millar de muertos por parte española que, en el caso de la fuerza atacante, ascendió a 1.300. Los ataques de la artillería causaron, asimismo, la pérdida de tres buques y cuatro barcazas de ambos contendientes.
1107.- Alfonso VI concede al arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, la casa de moneda de esta ciudad “y cuanta pudiese acuñar para el servicio del templo, in perpetuum”.
A este propósito y en la documentada monografía “El funcionamiento de la moneda en la economía del siglo XII en León y Castilla”, que forma parte de las monografías de Cuadernos de Estudios Gallegos y es argumento de su altamente calificada tesis doctoral, en 2008, su autor, Antonio Roma Valdés, actual fiscal jefe de Santiago, apunta a que “La acuñación en Santiago está documentada desde los primeros momentos de las acuñaciones. Los reyes realizan concesiones de las acuñaciones a favor del obispo en 1105, 1107, 1171, 1182 y 1193. Sus primeras emisiones se realizaron por monederos lombardos y franceses. Con posterioridad a estos, conocemos varios monederos compostelanos… Hoy, junto a San Martín Pinario se halla la Rúa da Moeda Vella. Su actual configuración se explica por las transformaciones urbanas experimentadas en el siglo XVIII. Las referencias más antiguas a la rua que vocatur Moneta datan de 1189 y 1191”.