4 mayo, 2024
El encuentro entre Deportivo y Sestao se convirtió en una historia de momentos cruciales más que de juego fluido. En un partido marcado por la tensión, un único penalti transformado por Lucas en la segunda mitad, tras una falta sobre Yeremay, decidió el destino del encuentro y podría definir el futuro inmediato del equipo blanquiazul. Ahora, el Deportivo se encuentra al borde del ascenso, con una victoria necesaria contra el Barça Atlètic en Riazor el próximo domingo para asegurar su regreso a la categoría superior después de cuatro años.
Desde el inicio, era evidente que el Deportivo enfrentaría un desafío difícil contra un Sestao que venía en buena forma en su terreno. Aunque el equipo de Imanol Idiakez intentó imponer su estilo, pronto se vio envuelto en un juego tosco y carente de fluidez. A pesar de frenar el ímpetu inicial del Sestao, el Deportivo luchó por mantener el control del partido, recurriendo demasiado a los lanzamientos largos en lugar de buscar una construcción más elaborada del juego.
La falta de creatividad y la presión del Sestao hicieron que el Deportivo perdiera su identidad característica, convirtiendo el balón largo en su principal recurso, lo cual resultó insuficiente para desequilibrar el partido a su favor. Las pocas oportunidades generadas no fueron aprovechadas, y la falta de conexión entre los jugadores clave como Mella y Yeremay contribuyó a la falta de amenaza en el juego ofensivo del Deportivo.
A pesar de un susto temprano en la primera mitad, el Deportivo no logró cambiar el curso del partido, mostrándose cada vez más vulnerable ante el empuje del Sestao. Solo un penalti inesperado, transformado por Lucas, dio al Deportivo la ventaja necesaria para encaminar la victoria. Ahora, con el ascenso al alcance, el Deportivo enfrenta una prueba crucial el próximo domingo, con la esperanza de poner fin a una larga espera de cuatro años.