2 mayo, 2024
Con salida desde Padrón, las jóvenes e intrépidas peregrinas, dos griegas y una gallega que viven en Luxemburgo, comenzaron el tramo de la última etapa del Camino de Santiago, coincidiendo con el Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo. El cansancio, las heridas del Camino, las inclemencias del tiempo, los encuentros fortuitos entre los peregrinos, las leyendas, las anécdotas y risas; los momentos de paz, tranquilidad y contemplación de los lugares por donde discurre el Camino Portugués, en el cual, la espiritualidad se siente en cada paso, en el aire, y en las relaciones humanas. Todo ello, superó con creces las expectativas que habían puesto, cuando partieron de Tui hace 6 días, con una única meta: Santiago de Compostela.
Una experiencia que califican de maravillosa y que de alguna manera ha marcado sus vidas para siempre, con el mejor regalo, conseguir la Compostela; el documento que certifica que se ha realizado el Camino de Santiago y que otorgan las autoridades eclesiásticas y como tal se recoge en la Oficina de Atención al Peregrino.
La Compostela
Esta acreditación que se originó en los siglos IX y X cuando se institucionalizó la peregrinación a la tumba del Apóstol, surgió inicialmente mediante insignias como la venera o la concha de vieira. Sin embargo, la facilidad con la que se podían falsificar estas insignias llevó a la Iglesia a reemplazarlas en el siglo XIII por las llamadas cartas probatorias, antecesoras directas de la actual Compostela.