8 abril, 2024
Cuando se visualiza la imagen de la Virgen, puede que muchos piensen en una mujer de cara angelical, dulce, de mirada sosegada y figura menuda. Sin embargo, uno de los muchos secretos que esconde Compostela es la representación de este personaje bíblico, de una forma completamente diferente, embarazada. Para aquellos lectores escépticos, ya lo dijo Tomás Apóstol: “ver para creer”.
Los que aún no sepan dónde dirigirse para comprobar que no estamos mintiendo, iniciamos nuestro paseo por la zona vieja, haciendo una parada en Rúa Nova, específicamente, en el número 31. Ahí nos topamos con la iglesia de Santa María de Salomé.
En los detalles se encuentra la diferencia, así que antes de entrar, habrá que realizar una lectura sobre la fachada. Quizás lo que estamos buscando pase desapercibido por algunos transeúntes. Sin embargo, los más minuciosos, seguro darán con el objetivo. Acerquémonos. La escultura se ubica a la izquierda de la puerta de entrada. La imagen destaca por encontrarse en estado de gestación, tener la mano derecha colocada delicadamente sobre el vientre, y la izquierda recta. Pareciera como si la figura estuviese saludando a los que por ahí cruzan.
La virgen se encuentra en una construcción románica realizada en el siglo XXI y reformada posteriormente entre los siglos XVII y XVIII (por lo que contiene elementos románicos y también barrocos). Es conocida por ser la única en España dedicada a la madre del Apóstol Santiago y San Juan Evangelista. El papel asignado a María Salomé es grandioso, ya que es una de las célebres “tres Marías” y acompañante de Jesús durante su calvario y su enterramiento.
De acuerdo a los registros históricos, se estima que esta iglesia fue fundada aproximadamente en el año 1140, coincidiendo con el deceso del arzobispo de la época. Consagrado por el chantre Pelayo, en aquel entonces abad de la zona de ampliación del antiguo burgo de Compostela.
Proseguimos con nuestra búsqueda. En esta ocasión hay que adentrarse en el museo de la catedral de la ciudad, dónde nos encontramos una estatua de la Virgen de la O. Se trata de una ofrenda realizada por Santa Isabel de Portugal, conocida como la Rainha Santa, en su peregrinación a la capital gallega, en 1325.
La historiadora portuguesa, Virginia da Silva, realizó un estudio, en el que revela que la figura sería un fiel retrato de la monarca, tallada por el Mestre Pero, quien más tarde realizaría el sepulcro de la reina en su convento de Coímbra. La Virgen de la O, del museo catedralicio, tiene la misma altura que el hueco del túmulo de la reina, rondando los 1,60 metros. Se trataría, en las palabras de la investigadora “de la única estatua de cuerpo entero conocida hasta hoy y, muy probablemente, en el mundo”.
Ambos bustos pueden visitarse en un día. Tan sólo los separan unos cientos de metros. En el caso de la Virgen situada en la Iglesia de Santa María de Salomé, será de forma gratuita. Por el contrario, para contemplar a la Virgen de la O, debemos entrar primero en el museo de la Catedral, con un coste de doce euros. Tras nuestro recorrido, ya podemos decir que sabemos uno de los muchos secretos que guarda Compostela.