30 marzo, 2024
Hace apenas unas semanas, algunos medios se hacían eco de un reciente estudio de la USC que ponía en valor la conocida como cobertura de proximidad. Dicho estudio, que analizó el tratamiento informativo del asesinato del joven coruñés Samuel Luiz en los medios de comunicación tradicionales, destacó el rigor de la cobertura de los medios locales, conocedores del contexto, que manejan una mayor diversidad de fuentes y que realizan un seguimiento más intenso durante la investigación. Admitámoslo: ese fantasma llamado ‘desinformación’ ya planea sobre todos y cada uno de los lugares y ámbitos de nuestro entorno. Si bien el debate, el mero contexto, y el análisis de esta realidad roza casi lo inabarcable, sí podemos hablar desde esta nuestra humilde y pequeña parcela: la de la prensa local, la que, más allá de pretender colgarse medallas por estudios como el mencionado, nace desde el origen mismo de la noticia, vive en las trincheras de la proximidad, trata de presentar a su público asuntos que, aunque le sean cercanos, le son ajenos etc. Referirse a ese temido fantasma llamado ‘desinformación’ resulta complejo, tanto como arduo resulta combatirlo, y si bien la prensa local no tiene ni mucho menos la receta ideal para dicha batalla, sí que cuenta con el más ferviente de los compromisos y la más férrea voluntad para, desde sus humildes posibilidades y ámbito de actuación, ser la primera en estar al pie del cañón de una actualidad que es casi vecinal y cercana, pero de la que, precisamente, ha de nacer el máximo rigor con la profesión periodística.